Archive for diciembre 2019

Son muchas, las traducciones de los textos altomedievales que interpretan brujo donde leen maléfico, incantator o similar. Es así, desde que el Cristianismo consiguió hacer de esta MANIPULACIÓN DEL LENGUAJE la norma de uso, allá por la Baja Edad Media, provocando que nos cueste comprender cómo afrontó el Paganismo las persecuciones cristianas o lo que es la Brujería.

En atención al significado original de maléfico (‘hacer el mal, hacer daño’), ¿no sería más apropiado, definir así a las personas que tergiversan el significado de las palabras, a sabiendas que mienten a la sociedad para imponer su ideología, e impiden o ponen trabas al conocimiento histórico y el respeto a los creyentes del Culto al que desvirtúan?

Es insensato, que incluso quienes nos sentimos cómodos o cómplices con palabras que no nos definen, creadas para clasificar actividades criminales que usaron después los cristianos para acusarnos y condenarnos, seamos reticentes con usar términos como pagano, que aún teniendo algún componente lesivo, es menos dañino y más cercano a nuestra identidad. Y si la usamos, llegamos al extremo de preferir que vaya el eufemismo “neo” delante, acobardados que se burlen por cuestionar la veracidad de su discurso ramplón, monolítico y torticero.

Maléfico, como decíamos, deriva del latín maleficus, de male-facere, ‘hacer el mal, hacer daño’, propio de las personas que se especializan en el mal uso de venenos (venenum, ‘poción mágica’, de ahí veneficus, ‘que produce veneno, que tiene carácter tóxico’) [1], encantamientos (fascinum), maldiciones (maledictio) o conjuros (coniurāre) a hombres, bestias, “diablos” y espíritus malignos, todo lo relativo al estereotipo de “bruja” medieval -hechicera-, que desde muy temprano interesó a los apologetas cristianos vincular con las religiones paganas, antes que a las prácticas personales de nadie. Leemos a Charles du Fresne (Du Cange) et Al., GLOSSARIUM MEDIÆ ET INFIMÆ LATINITATIS:

MALEFICUS. Incantator, divinus, mathematicus, magus. S. Hieronym. in cap. 27. Hierem.: Maleficos, quos vel veneficos possumus appellare, vel dæmonum phantasmatibus servientes.” [2]

¿De verdad hay entre los paganos, quien crea que el brujo es un hechicero y además o por eso ruin, malvado y siervo del “diablo” cristiano? ¿quién puede imaginar, que los antiguos creyentes de las religiones nativas precristianas, se considerasen a sí mismos envenenadores, conjuradores de desgracias y de la muerte de sus vecinos, de sus hijos, ganados y cosechas? ¿Será que esos sacerdotes, se llamaban infanticidas o asesinos y así lo creían sus seguidores que les pedían ayuda, consejo e intermediar ante los Dioses? Es absurdo, ¿por qué aceptamos sin rechistar, llamarnos así los creyentes y sacerdotes de los Cultos paganos?

Si con palabras como brujo y pagano se ha manipulado hasta la saciedad, retorciendo su significado para pervertir sus sentidos originales (brujo: ‘practicante de la Wicca’, pagano: ‘idólatra, practicante de los Cultos antiguos’), quizá esté en los primeros puestos el término mago, del que sin duda se ha tergiversado tanto o más que los anteriores.

Esto, fue objeto de polémica en la Antigüedad, y no es necesario explicar mucho. Los griegos, por ejemplo, ya la usaron peyorativamente en ocasiones. Y es que, los cristianos nunca fueron originales… Quizá, la mejor forma de derrotar los tópicos es por el hecho mismo de que fuesen magos. Esto es, un mago, debía jurar a través de la Liturgia (Yasna) 12 del AVESTA -su credo-, no servirse de las “artes oscuras” (Magia Negra) [3]. Dice el aforismo, que contra facta, non valent argumenta

Lo mismo que ocurrió con el término pagano entre los romanos, quienes ya lo utilizaron de manera negativa, los griegos hicieron otro tanto con magia. Aunque ya disponían de muchas palabras, con las que definir las técnicas naturales y espirituales o religiosas, algunas de ellas intercambiables, el persa “mago” acabó en su lenguaje (también en Roma).

Relegando palabras como encantador (góis, γόης), adivino (mántis, μάντις), hechicero (pharmakeío, φαρμακείο), etc., MAGO (mágos, μάγος) eclipsó al resto. Incluso el término que mejor describe estas prácticas, “aojador” -el que hace mal de ojo-, gafe y también maléfico (báskanos, Βάσκανος) [4], acabó en un puesto discreto. Era γοητικὴν μαγείαν (goitikín mageían) la Magia Negra, pero como forma perversa de usar el saber sagrado. Tanto fue así, que pocos se detienen a reflexionar sobre el abuso interpretativo de las etimología religiosa, fuente poco respetada y sin embargo de vital importancia para comprender las raíces y conceptos religiosos de los viejos Cultos precristianos.

“… Es factible, por tanto, que μάγος fuese incluido en el vocabulario griego para calificar, en principio, a personas dedicadas al culto a los dioses pero que se diferenciaban claramente del sacerdote reconocido por la polis griega.

Según las fuentes que hablan de los Magos persas19, éstos estaban especializados en diferentes actividades, la mayoría de ellas consideradas religiosas en la Antigüedad: elevar plegarias a los dioses, disponer los sacrificios que se deben ofrecer20, interpretar los sueños21 y los eclipses22 o encargarse del ritual funerario23. Es posible que estos sacerdotes explicasen, además, sus doctrinas acerca de los hombres y el mundo. Un testimonio de Teopompo nos informa de que los Magos predicaban que los hombres serían inmortales24 y que, según Zoroastro, vendrá un tiempo en que resucitarán los muertos25. Los Magos eran miembros dedicados al culto de la divinidad y estaban completamente separados de los magos en el sentido en que nosotros aplicaríamos al término26. La información acerca de las acciones rituales propias de los Magos nos ha llegado en mayor medida a través de la obra histórica de Heródoto y los estudios sobre estos profesionales de lo sacro en la Antigüedad griega suelen centrase en sus opiniones. Sin embargo, se ha señalado que el historiador pudo, en ocasiones, aplicar características de los magos que existían en la zona de habla griega a los Magos27.[5]

Por cierto, sobre el uso de farmacéutico como hechicero, en el sentido de hacer el mal, recuérdese que PHARMAKÓS fue un antiguo rito griego de Purificación consistente en el sacrificio -en ocasiones mortal- de una persona (“chivo expiatorio”), que cargaba con las faltas de la Comunidad contra los Dioses [6]. Sí, los griegos también practicaron sacrificios humanos. De ahí, que el farmacéutico fuese eslabón entre la vida y la muerte, que da o quita la vida, como el veneno, y al final alguien lleno de mal, maldito, malvado…

Y contra esto de llamar brujería a la hechicería o hechicería a las prácticas paganas -las dos caras del mismo disco-, hay tantos datos como falta de voluntad por responder a lo reduccionista de su propaganda. Como por ejemplo, cuando el Obispo de Silves, Alvaro de Pelayo, en 1343 pidiera al rey Alfonso XI «… que prohíba en sus reinos que vivan en ellos adivinos, sortílegos hechiceras y demás calaña, en especial en Andalucía y Asturias donde son particularmente abundantes […]” [7] ¿hay que creer, que salieron de la nada e invadieron nuestras tierras como el “cangrejo americano” los ríos, y no que siempre estuvieron aquí porque nunca desaparecieron del todo nuestras creencias y prácticas paganas, ni quienes a fin de cuentas las sostuvieran en el tiempo, aún después de siglos persiguiéndolo y condenando a la ruina, la tortura y la muerte a quienes las profesasen?

Aunque con el tiempo se van corrigiendo estos abusos, en tanto que son interpolaciones para condenar y perseguir la libertad religiosa, palabras como brujería siguen en el DEBE de nuestra sociedad, una deuda que no se zanjará mientras no valoremos su singularidad y origen. Ni maléfico, uenéfico, báskanos, o como llamen al hechicero, son sinónimos de brujo más allá de quien pretenda acabar con esta religión. Mientras participemos de esta farsa, seguiremos sin poder mirar a los ojos de la Gorgona (gr. Gorgós, ‘despreciable’), ese monstruo que todos llevamos dentro y que al proyectarle nos espanta y paraliza, al extremo de dejarnos destruir por nuestros propios miedos y complejos.

La Práctica de la Wicca, no debería corromperse ni siquiera en su significado original, y ha de ser prioritario trasladar a la comunidad académica y después a la educativa, la importancia de buscar la veracidad sobre nuestras creencias y prácticas religiosas, empezando por el lenguaje.

© Fernando González

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1.- http://etimologias.dechile.net/?vene.fico

2.- http://ducange.enc.sorbonne.fr/maleficus

3.- http://www.avesta.org/yasna/y12j.htm

4.-Un último testimonio sobre la Física de Orfeo nos lo ofrece Herodiano, quien nos transmite que en esta obra se trataba sobre el báskanos:

Βάσκανος· κέχρηται δὲ καὶ Ὀρφεύς ἐν τῶι Περὶ φύσεως α’147.

Báskanos. Orfeo lo utiliza (habla de ello) en el primer libro de Acerca de la Naturaleza.

… Βάσκανος suele hacer referencia, como sustantivo, al mal de ojo o a aquellos que son capaces de provocarlo: los brujos, los envidiosos o los malvados de forma general. Como adjetivo, suele calificar a las personas desafortunadas o gafes148. […]”

Raquel Martín Hernández. EL ORFISMO Y LA MAGIA, pp. 212-213. MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR. Bajo la dirección del doctor: Alberto Bernabé Pajares. Madrid, 2006. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, FACULTAD DE FILOLOGÍA. Departamento de Filología Griega y Lingüística Indoeuropea.

5.- Raquel Martín Hernández. Op. cit., pp. 57-58.

6.- http://etimologias.dechile.net/?farmacia

7.- Alvaro Pelayo. SPECULUM REGUM. Vid, Speculum Regum: Espelho dos Reis/ Frei Alvaro Pais. Traducción Dr. Miguel Pinto de Meneses. Lisboa, Instituto de Alta Cultura, Centro de Estudos de Psicologia e de Historia da Filosofia anexo à Facultade de Letras da Universidade de Lisboa, 1955 (edición bilingüe).

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He dividido este trabajo en dos partes, para tratar en el primer artículo el origen y alcance del término Neopaganismo, y en el segundo analizar el sentido convencional que se le ha dado y que resume su entrada en la (pseudo)neoenciclopedia Wikipedia.

Siguiendo casi al pie de la letra el discurso cristiano, gran parte de los analistas de los Cultos Precristianos con más presencia en la Red, piensan que entre los que se definen como paganos hay pocos o ninguno que pueda reconocerse como tal, dejando a la mayoría a mitad de camino o directamente fuera.

Este “grupo”, crítico y en apariencia heterogéneo de neorevisionistas y wikipedistas de la susodicha (pseudo)neoenciclopedia Wikipedia, lleva décadas esforzándose por que los paganos acepten que sus credos deben catalogarse como NEOPAGANISMO. Es verdad, que no se atreven a ser muy incisivos con todos los Cultos, porque los más sólidos y cohesionados no pasan por alto según qué críticas, y cuando no son aludidos desde grandes plataformas que puedan amortiguar la réplica sin apenas consecuencias, los “influencers” solitarios pasan “de puntillas” sobre ellos por temor a una reacción que saben van a provocar. Aún así, en las últimas décadas se ha hecho “tendencia” poner siempre por delante un “neo” a los Cultos precristianos actuales, al extremo que muchos paganos lo han aceptado, abducidos por ese RELATIVISMO absurdo que les obliga a creer que todo es relativo, que todo vale.

Lo peor, es que muchas veces con conocimiento usan esta palabra siguiendo el guión De la Iglesia Católica; pero no de la Iglesia histórica, la que convivió y persiguió al Paganismo CASI hasta exterminarlo, sino del cristianismo actual, el que aún heredando todo lo robado, mira con el mismo desprecio y soberbia de ayer a quienes no deja de considerar, el enemigo a abatir. Una atención, que mantiene su rol inquisitivo ya desde el principio, desde el momento en que quienes obligaban a todo el mundo a pertenecer a su religión, demonizaban a todo el mundo que no la aceptase y aún peor, que quisiera abandonarla.

Comparto reflexiones como las del Cardenal Poupard, pero no por los motivos que expone, cuando diferencia entre conversión, dicen también arrepentimiento, que traducen de la palabra METANOIA (‘cambio de opinión’) para referirse a los conversos al cristianismo, con el cambio de opinión y transformación espiritual de los bautizados actuales a favor del Paganismo, que para él no tiene el mismo sentido ni por supuesto profundidad o valores, y que, ojo, define como paganos, no como neopaganos. Curioso, que en esta Conferencia de Poupard, Neopaganismo sólo se mencione cuatro veces y Paganismo diez. De hecho y al margen del típico lenguaje eclesial (peyorativo), señala como paganos, “… los resurgimientos modernos de la religiosidad arcaica, es decir, las prácticas mágicas, la credulidad.” [1] (La negrita, es mía)… o sea, los Cultos paganos.

A diferencia de los antiguos cristianos, sobre todo aquellos bautizados por convicción (los menos), el pagano no entiende su proceso de “conversión” como arrepentimiento. Hasta ahí, nada que reprochar a Poupard. Quienes tanto ayer como hoy abrazan el Paganismo, si lo hacen desde otra creencia religiosa estarán desandando el camino, volviendo a sus orígenes, al de sus Ancestros. Por eso, lo que mejor explica el proceso de “conversión” actual hacia el Paganismo, antes incluso que metanoia, es EPISTREFO (‘volver, invertir el camino‘) [2], un término también utilizado sobre todo en el contexto bíblico del AT, porque el pagano no busca iniciar un camino nuevo, sino desandar el que ha recorrido para tomar otro más antiguo. Es teniendo en cuenta esto, que hoy podemos definir ambos conceptos en el sentido de las conversiones:

▪️PAGANISMO. Convertirse al Paganismo, es invertir el camino andado, volver hacia una religión anterior, precristiana, y por lo tanto animista, politeísta e idólatra.

▪️NEOPAGANISMO. Convertirse al Neopaganismo, es unirse a algo nuevo, diferente y posterior al Paganismo, pero inspirado en éste y a partir de las creencias precristianas.

Para los cristianos, convertirse conlleva DOLOR y ARREPENTIMIENTO, por “pecar” contra su Dios y vivir al margen de su Ley, pero para los paganos, supone LIBERACIÓN y REENCUENTRO, por liberarse de una religión que no se desea o ha sido impuesta y elegir la opción religiosa que le dicte su conciencia. Es interesante, seguir este desarrollo lingüístico entre metanoia y epistrepho, porque explica muchas cosas:

1. Terminología.- En el lenguaje bíblico la metanoia dice más que el término «conversión» según su acepción moderna de paso de una convicción o de una conducta a otra, ya que en la Escritura encierra la idea de permanencia que surge de la nueva orientación existencial que provoca.

Todo este rico proceso espiritual se traduce mediante una doble serie de términos: 1) los que se relacionan con la raíz hebrea shlub, traducida en el griego de los Setenta por compuestos del verbo strepho, especialmente epistrepho, y 2) los que se refieren a la raíz nhm, traducidos siempre por metaneo/metanoia. La primera serie es la más abundante, sobre todo en el Antiguo Testamento, y conserva su sentido original concreto de «volver, invertir el camino, apartarse de un camino seguido hasta entonces», con la doble connotación de movimiento tanto fisico (vuelta del destierro) como psicológico (conversión religiosa). En el Nuevo Testamento, entre los diversos compuestos de strepho, tan sólo epistrepho posee, y no siempre, un sentido claramente religioso. En cuanto a la segunda serie de términos, en el Antiguo Testamento es menos frecuente que la primera y conserva también la connotación original de nhm («sollozar, suspirar»), que en forma reflexiva dice «arrepentirse, dolerse», no siempre en un sentido primordial y exclusivamente religioso. Por eso, «estos términos no evocan para el lector del Antiguo Testamento una actitud o una iniciativa característica de la fe de Israel» (J Guillet, Metanoia, 1094).

Por el contrario, cuando se pasa al Nuevo Testamento, se observa el fenómeno contrario: metanoeo/metanoia son mucho más usados que epistrepho, y siempre para indicar una actitud de fondo de la fe cristiana. Si se tiene en cuenta que el Antiguo Testamento de los Setenta distingue siempre rigurosamente entre metanoeo y epistrepho, por lo que nunca se traduce shub por metanoeo y, viceversa, nunca se traduce niham por strepho o alguno de sus compuestos, hay que concluir que metanoeo/metanoia en el Nuevo Testamento significan esencialmente arrepentirse» y «arrepentimiento». Sin embargo, no por eso se puede separar drásticamente la «conversión» del Antiguo Testamento del «arrepentimiento» del Nuevo, ya que los contactos entre ambos conceptos están presentes tanto en el Antiguo (Gn 3,9; Ex 32,12; Jr 31,18-19) como en el Nuevo Testamento (Lc 17,4; Hch 3,19: 26,20).[3]

Pero dejemos aquí la terminología, para volver a Poupard:

A través de estos resurgimientos del paganismo, encontramos la vieja herencia pagana, olvidando lo que el poeta Claudel celebra en sus cinco grandes odas: «bendito seas, mi Dios, que nos has liberado de los ídolos», ese Dios a quien siempre le rezan los jóvenes cristianos africanos llenos de vida. Los nuevos movimientos nos hacen volver a los ídolos, a las religiones de los normandos, de los celtas y de los bárbaros. Aquí se unen toda clase de grupos y de subgrupos.” [4]

Efectivamente, es a todo esto, y no a otra cosa, a lo que el Cristianismo y Poupard llaman Neopaganismo: al Paganismo. Y luego, mezclan el Paganismo original y auténtico, con las modas modernas y nuevas espiritualidades con la intención de confundir y desvirtuar:

Lo que algunos llaman un retorno de lo religioso no es, por eso, un retorno a la fe cristiana, sino por el contrario, portador de un retorno en retroceso, una regresión al paganismo. Tenemos necesidad de llenar el vacío al que estos movimientos dan una respuesta. Esta proliferación de movimientos es un desafío lanzado al anuncio del Evangelio en la proximidad del tercer milenio.

Después de haber evangelizado al hombre moderno increyente, secularizado, la Iglesia se encuentra frente a nuevos paganos que no son incrédulos, sino que son hombres y mujeres que han sido creyentes, pero cuya fe poco a poco se ha adormecido. Están dispuestos a creer en algo que no es más el Dios de Jesucristo, sino algo que los aferra con algo.

Así, sobre nuestras tierras antiguamente cristianas, en el umbral del tercer milenio, surge ahora un hombre nuevo, que es a la vez religioso y pagano: es a él a quien la Iglesia debe anunciar el Evangelio y, en términos de inculturación, enseñarle a hablar en su lengua, la lengua de Dios, al mismo tiempo que está sumergido en las culturas dominantes.” [5]

En cuanto “rascamos” un poco, vemos que tanto en la Edad Media como ahora una y otra vez señalan al Paganismo y a los Cultos precristianos, y que eso de neopagano solo aparece como coletilla para herir la sensibilidad de los paganos y alimentar la de los cristianos con la esperanza que en el fondo son herejes, que no hombres y mujeres ejerciendo su libertad religiosa. Ovejas confusas y descarriadas, a las que deben/pueden rescatar. Vamos, que el “divergente” lo es por imbécil.

Pero a lo que estamos. Desde inicios de la Edad Media, el Cristianismo tuvo muy claro tener por pagano al practicante de las religiones precristianas, y he aquí el matiz, al igual que fue considerado pagano, el cristiano que apostataba para seguir las religiones antiguas, y esto, aún sin haber sido previamente pagano sino cristiano de generaciones, por lo que no hablamos de quien VUELVE a su religión anterior, sino de quien RETOMA los Cultos de sus Antepasados. Ya en ese tiempo, fue LA BRUJERÍA quien protagonizó un papel vital pero ignorado, como muy acertadamente explica Mircea Eliade:

‎”… la «caza de brujas» perseguía la liquidación de las últimas supervivencias del «paganismo», es decir, en esencia, de los cultos de la fecundidad y los argumentos iniciáticos. El resultado de todo ello fue el empobrecimiento de la religiosidad popular y, en determinadas zonas, la decadencia de las sociedades rurales.” [6]

Un hecho, que refleja la tozudez de quienes se permiten el lujo no ya de interpretar en vez de describir, que lo hacen siempre, sino de traducir a su gusto (mal) para poner lo que no dicen los exegetas. Y como hasta eso les parece poco, se lee neopagano donde dice pagano, como traducir uenéfica como bruja, corrigiendo a quienes se les reconoce, y así lo creen los neorevisionistas, por homologar el significado religioso de Paganismo.

Un texto, atribuido en principio a Agustín de Hipona y después a Martín de Braga [7], deja meridianamente claro que para la Iglesia Católica, los bautizados que apostataban de esta fe, con indiferencia de si antes fueron paganos o nacieron cristianos, el hecho de renegar de su religión y ser fieles a Cultos idólatras precristianos LES CONVERTÍA EN PAGANOS, pero no en neopaganos, palabra que por cierto aparece en el siglo XX:

Quien observa ritos, o hechos, o augurios; o cree en los adivinos, o los sigue, o va a la casa de las brujas, o las recibe en la suya, o las interroga, sepa que ha renegado de la fe cristiana y del bautismo; y como pagano, apóstata y enemigo de Dios, incurre eternamente en su ira, a no ser que enmendado y penitente, se reconcilie con Dios y con la Iglesia”. [8] (La negrita, es mía)

De todas formas, sabemos que un siglo antes el mismo Agustín de Hipona ya defendía sin ambages esa misma postura, si bien la definió mejor, diciendo:

“… llamamos paganos a los cultores de muchos y falsos Dioses” (“… deorum falsorum multorumque cultores, quos usitato nomine paganos vocamus) […]” [9]

Fijémonos, que no dicen NEOPAGANO, sino PAGANO, independientemente a descubrir o retomar el politeísmo nativo. Se define como pagano, al cristiano que rechaza su religión para seguir los Cultos y prácticas precristianas, en lo principal el politeísmo y la idolatría, sin ningún “pero” o dar pie a pensar en este neologismo que ahora nos meten hasta en la sopa. Y tomemos nota, que vincula el Paganismo con la Brujería (la práctica de la Wicca). Vamos, que ni Agustín ni Martín tenían la menor idea de lo que era el Paganismo, porque como los neorevisionistas saben, en realidad los “conversos” eran neopaganos “inspirados”… si hoy en día, un pagano no bautizado en ningún culto cristiano -los hay- decide apostatar de su religión y entrar en los Testigos de Jehová, ¿será neocristiano? Seguro que sí…

Para justificarse, los neorevisionistas pretextan que los Cultos paganos actuales no son los mismos ni vienen de “linajes” milenarios ininterrumpidos, sino que en el mejor de los casos están INSPIRADOS en las religiones precristianas de las que toman el nombre. Como si, salvando lo evidente y para el caso, no cupiese recordar que el Cristianismo medieval y moderno, tienen muy poco o nada que ver con el de los primeros cristianos, o que RECONSTRUIR un Culto, va mucho más allá de inspirarse en el mismo.

Será precisamente el catolicismo, quien desde el siglo XX empiece a desdecirse de su criterio medieval y difundir que los focos de Paganismo, que se irán visibilizando según se implanta la Libertad Religiosa en los países occidentales y derogan las últimas leyes contra las creencias y prácticas paganas, eran intentos por “resucitar” o imitar viejas religiones “desaparecidas”. Pero esto, tiene una explicación muy sencilla: no pueden asumir, que de una u otra forma los Cultos paganos les han derrotado

O sea, que ahora no se acepta considerar paganos a los cristianos de generaciones que apostataban para volver a la fe de sus Ancestros. Y no lo admiten, porque el corte en el tiempo y más si se prolonga durante siglos, es el único argumento razonado del que se valen para llamar neopaganos a los nuevos fieles de los Viejos Cultos, pero sobre todo, y he aquí el particular interés del cristianismo, para negar la antigüedad de estas religiones revividas, reconstruidas y visibilizadas que el cristianismo no asume que hayan sobrevivido. Pero, mienten.

Los cristianos, mienten porque conocen mejor que nadie que los sistemas religiosos de los Cultos precristianos, carecían de nóminas de fieles y archivos bautismales, por lo que hacen de lo imposible, la existencia de Registros, una “prueba” de legitimidad que saben inalcanzable. Y además son hipócritas, porque simulan carecer de una doctrina aún más peliaguda, en el sentido que no solo es posible la existencia de cristianos que no han sido bautizados por nadie, sino también ¡sacerdotes!, como leemos con MELQUISEDEC (Sacerdocio de Melquisedec). La trampa, está en normalizar que se analicen las religiones precristianas (paganas), con las reglas cristianas y desde la perspectiva del cristianismo.

Y mienten los neorevisionistas, porque no siguen el mismo criterio con ninguna otra religión que no sean las paganas, porque con el Cristianismo se “tragan” unos sapos de escándalo, y porque lo saben. Quien no crea esto, le animo a que lea la entrada Testigos de Jehová de la (pseudo)neoenciclopedia Wikipedia, por ejemplo, y vea las veces que aparece la palabra NEOCRISTIANISMO. Válido, también para la entrada Bahaísmo, donde tampoco aparece la palabra NEOMONOTEÍSMO, y otras muchas que no merece la pena enumerar, porque la evidencia es abrumadora.

Una de las primeras citas, sino la primera, del término Neopaganismo, no es del s. XV sino de 1930, y está en la ENCÍCLICA CASTI CONNUBII de Pío XI contra el Divorcio:

32. Pero lo que impide, sobre todo, como ya hemos advertido, Venerables Hermanos, esta reintegración y perfección del matrimonio que estableció Cristo nuestro Redentor, es la facilidad que existe, cada vez más creciente, para el divorcio. Más aún: los defensores del neopaganismo, no aleccionados por la triste condición de las cosas, se desatan, con acrimonia cada vez mayor, contra la santa indisolubilidad del matrimonio y las leyes que la protegen, pretendiendo que se decrete la licitud del divorcio, a fin de que una ley nueva y más humana sustituya a las leyes anticuadas y sobrepasadas.” [10]

Realmente, en aquellos primeros años del siglo pasado, el catolicismo haría un uso muy peculiar del término NEOPAGANO, sobre todo para criticar las políticas de libertades y derechos civiles que empezaban a consolidarse en los países occidentales. Trataba de comparar los derechos civiles con las libertades paganas, advirtiendo del “peligro” de una era pagana. Si bien, pocos años después (1937) la Iglesia Católica ya empezaría a enfocar el Neopaganismo hacia la descalificación plena del Paganismo ahora sí de forma religiosa. Para comprobarlo, léase la ENCÍCLICA MIT BRENNENDER SORGE (Con ardiente preocupación) también de Pío XI, equiparando las políticas raciales y pseudoreligiosas del nazismo, con los Cultos precristianos bajo el eufemismo hiriente de Neopaganismo:

17. Nos os damos gracias, venerables hermanos, a vosotros, a vuestros sacerdotes y a todos los fieles que, defendiendo los derechos de la Divina Majestad contra un provocador neopaganismo, apoyado, desgraciadamente con frecuencia, por personalidades influyentes, habéis cumplido y cumplís vuestro deber de cristianos. […]” [11]

A finales del siglo pasado, la Iglesia Católica terminó de diseñar la nueva política contra el Paganismo, llamándole Neopaganismo y confundiendo a cristianos y paganos, con el discurso sobre unas “nuevas” religiones ajenas a las pasadas, no herederas de aquellos Cultos que se vanaglorian haber exterminado, sino espiritualidades que inspiran a gente agnóstica, confusa o falta de fe. Y así, leemos en JESUCRISTO PORTADOR DEL AGUA DE LA VIDA. Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”, cómo en 2003 el Vaticano armó finalmente su estrategia para el s. XXI, que servirá de cabecera a neorevisionistas y wikipedistas, para fabricar una crítica muy similar a la cristiana:

Neopaganismo: término rechazado con frecuencia por aquellos a quienes se aplica. Se refiere a una corriente que sigue un trayecto paralelo al de la Nueva Era y con el cual suele relacionarse. En la oleada de reacción contra las religiones tradicionales, especialmente la herencia judeocristiana de occidente, son muchos los que han vuelto la mirada a las antiguas religiones indígenas, tradicionales, paganas. Se considera que cuanto precedió al cristianismo era más conforme al espíritu de la tierra y de la nación, o que era una forma pura de la religión natural, en contacto con las fuerzas de la naturaleza, a menudo matriarcal, mágica o chamánica. Según dicen, la humanidad será más sana si retorna al ciclo natural de las fiestas (agrícolas) y a la afirmación general de la vida. Algunas religiones «neopaganas» son reconstrucciones recientes cuya verdadera relación con las formas originales puede ser discutible, particularmente en los casos en que están dominadas por componentes ideológicos modernos como la ecología, el feminismo o, en casos raros, por los mitos de pureza racial. 105[12]

De esta reflexión, pueden sacarse varias conclusiones. La primera y más evidente, que es la opinión de quienes aborrecen de las religiones precristianas, que las han plagiado, difamado, desvirtuado y perseguido hasta la extenuación durante siglos, y contra las que siguen combatiendo en la actualidad. Es una opinión bastante desafortunada, que como es costumbre con este tipo de “reflexiones”, está cargada de dobleces y ambigüedades. Otros no tan prudentes, dirían que henchida de veneno, prejuicios y estereotipos.

Resulta curioso, que destaquen el desacuerdo de los paganos porque se les defina como “neopaganos”. Quizá, hubiese merecido la pena haber enriquecido el texto con el motivo por el que los paganos no están de acuerdo con una etiqueta que no usan y con la que no se sienten identificados. Siquiera para contrastar.

Por otra parte, es una medio verdad decir que sea una corriente paralela a la Nueva Era, y que estén relacionadas. De hablar del auténtico Neopaganismo, sería cierto, pero como incluyen las religiones paganas, es falso. En las siguientes líneas, dejan claro hablar de Religiones precristianas, y no de nuevas espiritualidades y religiones, de corte ecléctico, que sí deberían etiquetarse como neopaganas y relacionadas con la Nueva Era.

Dicen, que “En la oleada de reacción contra las religiones tradicionales, especialmente la herencia judeocristiana de occidente, son muchos los que han vuelto la mirada a las antiguas religiones indígenas, tradicionales, paganas. […]”. Pero de entrada, se obvian dos detalles: primero que esta “oleada” de apostasías, no se debe a ninguna reacción CONTRA las religiones tradicionales, sino GRACIAS a la libertad religiosa, y segundo, que si el Cristianismo es tradicional en Europa, una religión oriental impuesta desde hace 1400 años y después de siglos de represión y persecuciones, más singulares serán las AUTÉNTICAS religiones nativas, las que ellos mismos definen como “… indígenas, tradicionales, paganas”, con más de 100.000 años desarrollándose con naturalidad en nuestro Continente [13]. Es de sentido común, pues, que cuando se tiene la posibilidad de saber, querer y elegir, se ejerza este derecho y llegado el caso uno se decante por el original antes que por las copias.

Si no fuese porque tildan equivocadamente como neopaganas, a las religiones paganas, estaríamos de acuerdo en afirmar que los neopaganos, en tanto emulen o simulen seguir cultos precristianos, no tienen nada o poco que ver con las originales, y su relación es discutible. Pero lo cierto, es que ellos señalan constantemente a los Cultos precristianos como objeto de su crítica y fuente directa de los colectivos que analizan y que entienden como paganos, si bien acaben mezclándolos con espiritualidades, ocultismo, yoga y todo lo que se les ocurra y catalogándolos como neopaganos. Y es precisamente la obsesión por clasificarlo todo como neopagano, lo que descalifica el total de su argumento.

Por otra parte, considerar moderno la ecología o el feminismo, es ridículo. Estrictamente hablando, no es cierto que sean conceptos modernos, sino que como conceptos en sí mismo, lo son. O sea, que lo moderno es el nombre, no lo que explica. Hablamos de neologismos, de palabras creadas para referirse a circunstancias concretas, y he aquí el matiz, bien conocidas desde la Antigüedad. Creer, que sólo ahora los derechos de la mujer sean objeto de reivindicación, que antes no lo hubo aunque no se llamase así, es un error.

La lucha por los derechos y la igualdad de la mujer, es tan antigua como el Machismo. En Europa, incluso en épocas prehistóricas, muchos pueblos tuvieron sistemas bastante igualitarios en relación con su tiempo y en su entorno, sólo superados por los países occidentales en el s. XX. Las viejas sociedades precristianas, como la celta, aunque no alcanzaron los estándares igualitarios actuales, desarrollaron unas tradiciones prehistóricas MATRIARCALES que estaban a años luz de las judeocristianas y que chocaron con el Patriarcalismo Oriental importado con el Cristianismo, de tal forma que reivindicaciones como el divorcio, la posesión de bienes, heredar, gobernar o la libertad sexual, eran derechos consolidados de la mujer:

Una opinión expresada por un número de eruditos, es que la sociedad céltica arcaica gozaba de un orden social donde las mujeres estaban situadas en una relación de equilibrio armónico en relación a los hombres, ocupando una posición que no tenía paralelo en el resto de las sociedades indo-europeas. Podían reinar, gobernar, ocupar puestos dentro del mundo de la política, de la religión (había incluso druidesas), y de la vida artística; había mujeres jueces y legisladoras; podían poseer y mantener propiedades bajo su nombre, en forma individual, que incluso tras el matrimonio no podían ser apropiadas por el marido; escogían libremente con quién y cuándo se querían casar o juntar, y se podían divorciar sin dificultad alguna; y si eran abandonadas, molestadas, violadas, o maltratadas, poseían el derecho de reclamar y conseguir daños y perjuicios de considerable magnitud. […]” [14]

En cuanto a la lucha por la igualdad, ya dentro del ámbito del Cristianismo, que será a partir de su influencia que los derechos de las mujeres se pierdan o empeoren por más de 1500 años, se obvia la colisión de tradiciones y la lucha secular del Cristianismo por abolir los derechos de la mujer reconocidos entre aquellos pueblos. Es increíble, que en la actualidad nos sigan bombardeando con medio verdades para convencernos que el Feminismo sea moderno y esté desvinculado del Paganismo y la Brujería, o que en la Edad Media no se luchó contra la desigualdad…

Incluso movimientos ¿protofeministas?, como el de la Querelle des Femmes (Querella de las Mujeres) [15], del s. XV, conjura tardomedieval contestataria en favor de la mujer que dio pie a lo que luego sería la ORDEN DE LA ROSA, que no tiene que ver con la Orden Rosacruz, parte de una de las primeras feministas históricamente documentada, Christine de Pizán (1364-1430), filósofa, poeta y literata que pleiteó contra el Machismo en su obra LA CIUDAD DE LAS DAMAS, y dio pie a una agria polémica con la sociedad misógina de la época, hasta desembocar en la mencionada Querella de las Mujeres y, finalmente, en la reivindicación de la igualdad de la mujer de la Edad Moderna.

El planteamiento de Pizán en su obra y escritos posteriores, era simplemente brillante:

Estaba convencida de que si se educara a la mujeres de la misma manera que a los hombres, ellas podrían tener las mismas facultades que ellos, incluso en el terreno científico y jurídico, aunque ella reconocía que unas serían más inteligentes que otras, pero, a fin de cuentas, lo mismo pasa con el sexo masculino.

Filósofos, poetas y moralistas parecían hablar al unísono para concluir que la mujer es intrínsecamente mala. Ella se rebelaba y le preguntaba a Dios por qué no la había hecho nacer varón a fin de no equivocarse en nada.” [16]

En fin, que antes de dar por sentado todo lo que leamos por la Red, busquemos en nuestra historia una realidad que a fuerza de dejar en manos de neorevisionistas y wikipedistas, nos han sustraído y remplazado por sus extravagantes opiniones de oídas.

Y cosa similar, ocurre con la Ecología. Es una palabra moderna cuyo origen se conoce [17], pero si nos ceñimos a su significado, también es antiguo, tanto, que como disciplina hunde sus raíces en el mundo helenístico, sin hacer de menos por ejemplo, a los Cultos celtas y a sus sacerdotes, los druidas, conocidos en la época como sabios naturalistas versados en el conocimiento de la Naturaleza, conservando la tradición de hacer de los espacios naturales Santuarios a PROTEGER, de su sostenibilidad un DEBER sagrado y de atentar contra Ella, un DELITO capital.

Pero hacer moderno y pagano el mito de la pureza racial, es un insulto a la inteligencia. El judeocristianismo, dijo mucho y mucho más debe callar de xenofobia y pureza étnica, tanto, como para no hacer de esto algo moderno y menos culpar al Paganismo de ello. Que antes de emponzoñar con estas vilezas, mejor harían releyendo la Biblia y a racistas como Basilio, Atanasio, Agustín, Justino, Jerónimo, Juan Crisóstomo… y callarse.

Los cristianos, saben desde hace tiempo que perdieron el discurso supremacista contra los paganos, que los persiguieron irracional y salvajemente durante casi 2000 años para nada en realidad, y que lo que les diferencia del Judaísmo, lo copiaron del Paganismo. Con estos mimbres, sabiéndose deudores y supeditados ética, ritual y teológicamente a las religiones precristianas, han construido una estrategia que desacredite estos Cultos contemporáneos que las representan, negando sus orígenes y su herencia, con el objeto de convencernos que son grupos huérfanos y sectarios creados con recursos esotéricos y ocultistas de los ss. XVIII al XX y otras tendencias heréticas, que captan “inadaptados” o creyentes frustrados y nostálgicos de una espiritualidad, que no religión en el fondo, que no han vivido ni entienden o es ficticia y a la que, en definitiva, no les une nada.

Esta neoestrategia, deslegitima a los mayores Doctores, Santos y Padres de su Iglesia, que durante más de mil años mantuvieron lo contrario. Y lo hace, diciendo ahora que el Neopaganismo “… indica la situación de aquellos que se consideran post-cristianos aun estando bautizados y se vuelven a dioses distintos del Dios de la Biblia (…).” [18] No es cuestión ni hay espacio, para profundizar en este asunto y recorrer el grueso de las neopiniones y el neodogma de la Neoiglesia, sobre el neotérmino Neopaganismo, pero con estas neocitas, se observa el neocambio de su neopolítica, y vemos de dónde sacan sus neolibelos los neorevisionistas de turno…

En las últimas décadas, han construido una posverdad que pretende ahogar todas las fuentes y referencias históricas, raíces que explican que el prefijo “neo”, aplicado a los paganos, solo sería aceptable si hiciese referencia a los NUEVOS FIELES (creyentes, iniciados) de los viejos Cultos paganos, y no que estas religiones reconstruidas, sí, pero antiguas, sean nuevas o esencialmente distintas a las que fueron. O en su defecto, que se apliquen sólo a nuevas corrientes espirituales y religiosas politeístas, y punto.

Para más escarnio, dicen que lo que sí sabemos que son corrientes espirituales, grupos de autoayuda y realización, pseudoreligiones y religiones neopaganas, etc., tienen la misma consideración que las paganas incluso sin ser siquiera religiones, como ocurre con el Cunningcraft (Hedge Witchcraft), reescribiendo la historia para dar una falsa trascendencia, a lo que nunca debió sustituir a la auténtica Brujería, a la Wicca.

Sin embargo, vemos que sobre todo en los mayores mentideros de la Red (Wikipedia, Facebook, etc.), unos pocos pero de manera constante falsean la Historia del Paganismo y de las Religiones Paganas y Nativas europeas actuales, para relegarlas a un segundo plano histórico, pseudoespiritual, pseudoreligioso, ecléctico y teológicamente pobre, sin ser nosotros conscientes que al consentirlo, nos convertimos en cómplices de esta farsa que es hacer del Paganismo, Neopaganismo, y del Neopaganismo, Paganismo.

© Fernando González

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1.- Paul Poupard. RELIGIOSIDAD y NEOPAGANISMO. La Iglesia ante estos fenómenos. Fuente: Boletín Informativo de la Fundación S.P.E.S. Conferencia del Cardenal Paul Poupard en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, Niza, 01/04/98, LA IGLESIA ANTE LAS NUEVAS FORMAS DE RELIGIOSIDAD Y EL NEOPAGANISMO. Publicado en la revista es «Culturas y», Volumen VI Nº 3/1998. Traducción del original en francés, por José Arturo Quarracino. Fuente:INFO-SPES. En Catholic.net.

https://es.catholic.net/op/articulos/2706/cat/18/religiosidad-y-neopaganismo.html

2.- Epistrefo (gr., Epi + Strepho)

https://emcitv.com/bible/strong-biblique-grec-epistrepho-1994.html

3.- A. Dalbesio. METANOIA. VocTEO.

https://mercaba.org/VocTEO/M/metanoia.htm

4.- Paul Poupard. Web cit.

5.- Paul Poupard. Ibid.

6.- Mircea Eliade. HISTORIA DE LAS CREENCIAS Y LAS IDEAS RELIGIOSAS. Vol. III., Cap. XXXVIII, 306. La «caza de brujas» y las vicisitudes de la religiosidad popular, pág. 293.

7.- DECRETUM GRATIANI, pars secunda, causa 26, cuestión 16, l. c. Columnas 1369 y 1370. Nota 72, capítulos 73 al 75.

8.- Martín de Andosilla y Arlés. DE SUPERSTITIONIBUS, folios 17v-18r. Introducción, Traducción y Notas: Felix-Tomás López Gurpegui.

9.- San Agustín, OBRAS COMPLETAS, RETRACTATIONES, libro II, cap. XLIII. vol. XVI, La Ciudad de Dios, pp. 115s. Véase también, Enciclopedia Cattolica, Città del Vaticano, Firenze, 1952, vol. IX, coll. 553-554.

10.- La Santa Sede. CARTA ENCÍCLICA CASTI CONNUBII DEL PAPA PÍO XI SOBRE EL MATRIMONIO CRISTIANO, p. 21. Dado en Roma, junto a San Pedro, el 31 de diciembre del año 1930, año noveno de Nuestro Pontificado. PÍO PP. XI. ©Copyright – Libreria Editrice Vaticana.

http://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_19301231_casti-connubii.html

11.- La Santa Sede CARTA ENCÍCLICA MIT BRENNENDER SORGE DEL SUMO PONTÍFICE PÍO XI SOBRE LA SITUACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA EN EL REICH ALEMÁN. A los venerables hermanos, arzobispos, obispos y otros ordinarios de Alemania en paz y comunión con la Sede Apostólica, pp. 3-4. Dado en el Vaticano, en la dominica de Pasión, 14 de marzo de 1937. PIUS PP.XI. ©Copyright – Libreria Editrice Vaticana.

http://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_14031937_mit-brennender-sorge.html

12.- La Santa Sede. CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA. CONSEJO PONTIFICIO PARA EL DIALOGO INTERRELIGIOSO. JESUCRISTO PORTADOR DEL AGUA DE LA VIDA. Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”.

http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/interelg/documents/rc_pc_interelg_doc_20030203_new-age_sp.html#7.1.%20Algunas%20formulaciones

13.- Ina Wunn, Doctora philosophiae y Doctora rerum naturalium, Profesora de Ciencias de la Religión en la Universidad de Hannover. LA RELIGIÓN EN LA PREHISTORIA. Akal, 2012.

14.- Manuel Alberro. EL STATUS DE LA MUJER EN LAS ANTIGUAS SOCIEDADES CELTAS Y OTROS PUEBLOS INDO-EUROPEOS CONTEMPORÁNEOS, pp. 421-422. Ivs Fvgit, 12, 2005.

15.- Carmen Suárez Suárez. EL FEMINISMO ATRAVIESA LA HISTORIA O CÓMO HA SIDO LA LUCHA DE LAS MUJERES, pp. 11-15. Materiales didácticos para la coeducación. Construyendo contigo la igualdad. Edita: Consejería de la Presidencia Instituto Asturiano de la Mujer. Consejería de Educación y Ciencia. Dirección General de Ordenación Académica e Innovación Centro de Profesores y Recursos de Gijón. Distribuye: Instituto Asturiano de la Mujer. 2004.

16.- Esmeralda Merino. CRISTINA DE PIZÁN, UNA FEMINISTA EN LA EDAD MEDIA. Revista ESFINGE.

https://www.revistaesfinge.com/filosofia/filosofos/item/1252-cristina-de-pizan-una-feminista-en-la-edad-media

17.- http://etimologias.dechile.net/?ecologi.a

18.- J. Vernette, NEOPAGANESIMO, en «Sette e religioni», n.º 13, enero-marzo 1994, ESD, Bologna, p. 65. Ver, adelantelafe.com:

https://adelantelafe.com/cristianismo-paganismo-neopaganismo/#_edn2

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