Esta es una de esas frases que uno no está preparado para leer y sin embargo parece ser que aunque tímidamente y desde un lenguaje sutil, más o menos cercano o alejado de lo políticamente correcto, empieza o mejor aún vuelve a dejarse oír desde algunos sectores.
Aunque claro, sabiendo que hay quienes se han visto impelidos a crear una Wicca «gay» y otros se han sacado de la manga una Wicca… ¡cristiana! para no sentirse culpables o «por si acaso» -vaya Ud. a saber-, es complicado que nos asombren con algo. No se, por dar ideas ¿para cuando una Wicca zurda o pelirroja? y por eso de ser rumbosos ¿y una Wicca dominica?
Leyendo el artículo «Wicked? Homophobic wizards, gay witches and the fight for acceptance in the Wicca community» de Rae Boocock publicado en Planetivy.com, en el que se entrevista a Morgana Sithove, Suma Sacerdotisa del coven Gardneriano Silver Circle, no puedo dejar de mirar de reojo al pasado con cierta decepción por entender que después de todo -siglo incluido- no ha valido de mucho la experiencia y la información de la que disponemos, ya sea porque no hemos llegado a comprender que las cosas han cambiado no por novedad ni por moda sino porque sabemos más y mejor de lo que hablamos, o porque no estén dispuestos a cambiar ahora que tienen la ocasión de hacerlo, aquellos que van llegando al paganismo y en concreto a la Wicca desde sociedades fuertemente ideologizadas en su pasado más reciente.
En un ejercicio humilde pero contundente de solidaridad con Morgana Sithove me gustaría dar también mi opinión personal al respecto.
Entiendo que este rebrote literal, profunda y esencialmente anti-pagano -vaya paradoja- que denuncia Morgana -espero disculpe que la apee el tratamiento pero me mueve más el cariño que las formas-, ha sido una consecuencia de nuestra permisividad, en ocasiones indolencia frente a sentencias o ideologías ad personam, favoreciendo pseudo-doctrinas a la carta y siendo como hemos sido proclives en todo momento a dejar creer que es el Culto y no el individuo quien se transforma -que enriquecer nos enriquecemos todos- cuando se llega a la iniciación, lo que pueda estar provocando estos desencuentros ideológicos por llamarlos de alguna forma.
Perdidos como Bill Murray en «el día de la marmota» (Atrapado en el tiempo) parece que cuando vamos a dar el siguiente paso, volvemos a despertarnos en el mismo sitio y a la misma hora del día anterior y todo vaya a repetirse de nuevo, que seamos incapaces de sublimarnos, osea aprender por fin de nuestros aciertos y errores, luces y sombras para trascender.
Tenemos por un lado la opinión de un sector decimonónico que en algunas Tradiciones puede actuar como cepo en según qué circunstancias y por otro lado la presunción de los recién llegados a que Wicca o el paganismo en general sea o deba ser lo que ellos quieran creer o imponer, que por lo común dista y mucho de lo que es.
Sobre los primeros, más de uno necesitamos que nos recuerden que Wicca tiene héroes, no santos y que muchas veces su opinión, por el mero hecho de serla, no sienta cátedra (filia ad personam).
Para los segundos no hemos tenido la precaución de marcar la diferencia entre viejo y antiguo, sobre todo cuando vienen de países y regímenes totalitarios y/o claramente reduccionistas en el ámbito religioso y precisamente sometido a lo judeocristiano, intrínsecamente perverso y engañoso. Y cuidado, que del reduccionismo al exclusivismo hay un corto paso y ya sabemos o deberíamos saber lo que ocurre cuando lo damos o cuando consentimos que a partir de nosotros, otros lo den.
A diferencia de lo «viejo», lo antiguo tiene esa pátina tan especial y multicolor que tanto atrae a quienes saben apreciar el Arte. A diferencia de lo «antiguo», lo viejo tiene ese regusto avinagrado que aja los sentidos de quien lo paladea.
Que en un extremo haya quienes por su edad, la época que les tocó vivir y su manera de ser no han sabido asumir la realidad de una Naturaleza más diversa y extensa de lo que son capaces de aceptar y que la ciencia les haya pasado por la izquierda -siniestra, «torcida», «desviada»- sin que hayan sabido reaccionar a tiempo, siquiera reaccionar, no les estigmatiza sino que les hace todo lo imperfectos que como humanos son en realidad. Una lección de la que ninguno estamos exentos a sufrir.
Y que en otro extremo llamen a nuestras puertas quienes en defecto de una pésima divulgación y permisividad con el objeto de holgarnos y atraer a la mayor cantidad posible de personas, han crecido en un relativismo ab absurdum en lo que todo cabe, no deja de incidir en nuestra imperfección.
Un HECHO se DESCRIBE no se INTERPRETA. Desde el momento en el que un HECHO se INTERPRETA, deja de ser un HECHO para convertirse en una OPINIÓN. Y por desgracia hay muchos dogmas llenos de opiniones.
Y esto es así allá donde lo apliquemos, tanto a las viejas como a las nuevas generaciones de quienes nos sintamos paganos… incluso para quienes además de sentirlo, lo seamos. Y esto pasa porque como muy bien reflexiona Morgana, las cosas no se han dicho o han sabido decirse y menos se están explicando como debería ser.
El Paganismo no es una ideología, política o filosofía, ni tan siquiera una espiritualidad o forma de vida, dejémonos de eufemismos y juegos new age. El Paganismo es un adjetivo por el que el cristianismo señaló a los creyentes de un grupo de tradiciones religiosas de origen, raíz e/o inspiración precristiana y dicho ésto, pero solo después, sí, podemos hablar de ideologías, filosofías y modos de vivir nuestras vidas en virtud de las creencias que mejor nos inspiren y conduzcan.
La homosexualidad no es una forma de ser ni un vicio o una conducta, es una orientación inherente al ser humano y a otras muchas especies y por lo tanto NATURAL. Y si forma parte de la Naturaleza, si está implícita en sus manifestaciones ha de ser igualmente Sagrada. En este contexto y entre nosotros, si no tiene cabida en nuestros Cultos, si no la asumimos como una parte de nosotros mismos y de nuestras Divinidades, si la rechazamos o forzamos a que otros deban crear sistemas donde se la pueda «integrar», estaremos afirmando que la Diosa, que lo Divino, no tiene cabida tampoco en nuestros Cultos, que no la consideramos una parte de los mismos, que la rechazamos y forzamos a quienes la reverencien a rendirla devoción fuera de ellos. Ergo mantener esta postura contradice nuestro paganismo y por supuesto entender lo que es la Wicca.
Y la homosexualidad en el paganismo no es una incidencia, sino un hecho. Por supuesto que no es una condición para ser pagano pero sí una manera de saber si no lo somos. Quien se diga pagano o en concreto wiccano y no acepte la homosexualidad o se miente o pretende engañarnos.
Otra cuestión es si comprende su Culto y los ritos de su Tradición desde una óptica particularmente heterosexual, que es algo tan legítimo como aquellos que lo entiendan a la inversa. Mientras lo explique así será tan lícito como obligado dejarlo claro desde un principio y en último extremo, potestad del creyente aceptarlo o buscar un espacio en el que sentirse real y plenamente integrado. Porque tampoco sería honesto que sabiendo el carácter heterosexual de su ceremonial, un homosexual entrase primero y se quejase después.
Diferente sería que quiera justificar el rechazo de una forma tan poco afortunada como para tratar de convencernos que la ritualísitica heterosexual tenga un sentido universal y excluyente que englobe y determine a toda la Wicca o el Paganismo en cualquier contexto.
Ignoro si, como dicen, haya sido la marcada homofobia de Gardner lo que haya podido influir, de ser cierta, que en algunas Tradiciones exista cierta forma de represión o discriminación. En todo caso en lo que a él concierna entiendo que se le debe más de lo que se le puede reprochar y finalmente es cuestión nuestra valorar lo que transmitió por debajo o por encima de sus prejuicios. No es lo que él opinase sino lo que nosotros sabemos lo que debe valorarse.
Desde nuestra Prehistoria, desde el Paleolítico la homosexualidad ha sido una constante sobre todo religiosa y en concreto con el resultado de estar naturalmente presente en todos y cada uno de nuestros pueblos y por lo tanto en los Cultos que nos sirven de referencia: griegos, romanos, celtas, nórdicos, siberianos, lapones, hindúes, etc.
No es cosa de hacer un repaso histórico -no por carecer de datos sino por tener demasiados- o que nos pongamos a relatar, por ejemplo, las virtudes sagradas de los ritos mistéricos (orgiásticos) de las sacerdotisas falóforas[1] de hace 4.000 años para demostrar que el lesbianismo religioso ancestral ha sido una constante en la evocación a la Diosa. Tampoco vamos a hablar de los ritos similares entre hombres sobradamente conocidos donde la conducta homosexual ha sido una manifestación asimismo vinculada con lo sagrado. Es una lástima que muchos nos perdiésemos la magnífica exposición Sexo en Piedra mostrada en la sede de la Fundación Atapuerca en Ibeas de Juarros (Burgos) en 2011, en la que se reivindicaba que «tras más de un siglo de mojigatería, una exposición en la cuna de la paleoantropología española, los yacimientos de Atapuerca, sacará del armario los indicios que sugieren que el sexo homosexual era habitual en el Paleolítico. Las pruebas parecen consistentes. Un grabado en una placa de piedra de la cueva francesa de La Marche muestra lo que parece una mujer dedicada a hacerle un cunnilingus a otra. En otra piedra caliza del abrigo rupestre de Laussel, en Dordoña, alguien talló hace unos 27.000 años a dos mujeres con las piernas entrelazadas, en la postura conocida como la tijera. Y en Gonnersdorf, un yacimiento alemán en la orilla del Rin, decenas de placas muestran parejas de mujeres. Una de ellas, de 12.000 años y bautizada las bailarinas, muestra dos hembras frotando sus pechos en actitud cariñosa. Y también hay un coito anal entre dos hombres en La Marche.«[2]
Eudald Carbonell, co-Director de los yacimientos de Atapuerca y uno de lo promotores de esta exposición dará en el clavo de un problema que no entiendo por qué haya quienes todavía desde el paganismo quieren hacer suyo: «Me sorprende el silencio que rodea a la homosexualidad en el Paleolítico. Imagino que hay que atribuirlo a la cultura dominante, que es la judeocristiana«.[3]
No es de extrañar ni para menos la exasperación de Morgana cuando habla sobre algunos de sus hermanos mayores cuando sostienen afirmaciones como las de Kevin Carlyon: «Homosexuality, he contends, does not belong in a natural, fertility based religion. “Energy can’t really be raised by a man sticking his willy up someone else’s bum,” deadpans the white witch, psychic, tarot card reader and founder of the Covenant of Earth Magic. “Like terminals on a battery,” he explains, “if two of the same polarity are touched together the power supply is short-circuited rather than energised.«
Una afirmación tan contundente ha de tener una respuesta igualmente significativa y en este caso mejor que sea gráfica, tan gráfica como lo es esta plaqueta paleolítica de La Marchele en la que se ve lo que parece ser y así apuntan los arqueólogos a una imagen de sexo explícito entre hombres y además con connotaciones religiosas… Y no, Sr. Carlyon, aunque se lo parezca no es que a uno de sus ancestros suyos y míos se le cayera la varita en mal momento y otro que pasaba por ahí aprovechara el interín mientas ¡oh casualidad! un petrógrafo presenciaba la escena, si bien de «varitas» va la cosa. Varitas que, por otra parte, hombres y mujeres ya en aquellos tiempos tuvieron la mala costumbre de tallar y no sabría decirle yo si acaso tras leerle creyera que fueran proyectos fallidos de pitorros de botijo…
Mucho se nos llena la boca y con vehemencia escribimos sobre el chamanismo, pero poco se nos viene a la mente en cuanto a que el chamán o chamana fuese considerado/a el de «los dos espíritus» por contener en sí el aspecto desarrollado de hombre y mujer.
Creer que el género constriñe a los Dioses es tan absurdo y tan errado como humanizarlos. Mantener por encima del símbolo y del espíritu que la culminación del binomio fertilidad/fecundidad se supedita al plano material o físico, es tan peregrino como pretender que si no celebramos el Solsticio de Verano el Sol, como Astro, se apagará. Así, desacreditar que dos hombres o dos mujeres realicen el Gran Rito porque no puedan atraer la fertilidad y la fecundidad por no ser de sexo opuesto, además de ignorar la doctrina sagrada es reconocer explícitamente que estamos incapacitados para crear por nosotros mismos y que todos nuestros ancestros, por cierto, se equivocaron y nos mintieron. Es más, puesto que es el sentido reproductor lo que se busca, todo lo que no culmine en embarazo quedará como un rito fallido, una pantomima. Mucha responsabilidad para poca espalda.
Pero pasa lo mismo con nuestros prejuicios morales, exclusivamente originales del judeocristianismo y sin embargo de amplia trayectoria -impostada- en nuestra ética pagana, defendidos por quienes, como venía diciendo más arriba, entienden los hechos desde la interpretación que ellos mismos y otros hayan querido darles por encima de lo que realmente dicen.
Nos turba, incomoda e incluso repulsa nuestro propio desnudo y más el de personas cercanas a nosotros y ya no decir mostrarlo abiertamente, pero a la vez aplaudimos y difundimos el desnudo de terceros… vaya por delante que lo mío es diferente porque yo tengo muy mal desvestir.
Si la Diosa se nos muestra desnuda, voluptuosa, exhibiendo sus dones, mejor que mejor, sentiremos atracción y orgullo, una comprensión metafísica de la belleza y la Naturaleza; nuestros Dioses itifálicos nos cautivan y prodigan con su simiente… pero nuestros genitales hay que taparlos, esconderlos, porque representan algo sucio, impuro. Vivimos en una sociedad hipócrita y castrante donde apreciamos el mármol y el óleo mientras que la fotografía y la piel, todo lo que nos recuerda a nosotros, nos repele.
No es verdad -ójala lo fuera- que como dice Morgana «there’s no hiding in the naked Skyclad ritual. “All the bulges, all the scars. It’s acceptance«. No al menos de forma mayoritaria o no del todo. Muchas veces no aceptamos más desnudo que el que nos gusta ver y por supuesto al que nos disgusta más que aceptarle lo soportamos.
Criticamos la moralina patriarcal machista pero sostenemos su ética de roles limitada y excluyente con toda ¿naturalidad?: al hombre se le representa duro y a la mujer coqueta, pero mientras que no se les represente mucho y nunca al contrario. Y ya no digamos si tiene la osadía de no sentir reparo en mostrarse tal cual es, que eso es una provocación fuera de lugar y de mal gusto, que desnudez y religiosidad no pueden mezclarse. Hay ocasiones, incluso, que creo que somos nosotros peores que nuestros mayores.
¿Tabúes? no, seríamos demasiado benignos, no se trata de tabúes, sino de complejos, prejuicios y represiones.
¿Que la fertilidad no puede evocarse a través de mujeres u hombres solos? Bueno está bien saberlo aunque sea una pena no tener una máquina del tiempo con «gasolina» suficiente para dedicarse a ir uno por uno miles de años atrás, a explicarles a todos nuestros Ancestros que estaban equivocados, que lo que hicieron no les valió para nada, que sus Cultos mistéricos eran teatro, sus ritos verbenas y su magia prestidigitación.
Y además va a resultar que la visualización que nos han enseñado a dirigir y perfeccionar es una pérdida de tiempo, porque sin cópula heterosexual somos incapaces de fertilizar o fecundar, de crear nada.
Realmente creo que buena parte del problema estriba porque todo lo vemos desde el ego, desde el gusto que pudiera o no procurarnos, la vergüenza ajena que nos produzca o la envidia que nos genere.
Hay otro prejuicio que se disimula muy bien o no se conoce tanto y quien sabe si algún día tendremos que pasar la vergüenza de tener que explicar el por qué de una Wicca «parapléjica», porque las personas que padezcan discapacidades físicas al final se vean obligadas a crear su propio grupo para poder reverenciar a los Dioses. Sí, leemos bien, actualmente hay personas que por tener limitaciones físicas son «deshechadas» en la Wicca.
Puedo entender… bueno no, comparto que quien no esté a la altura mental y espiritual que se le exige en la Iniciación, no sea admitido. Ahora bien, que se rechace a los discapacitados físicos me parece una absoluta aberración cuando no sacrilegio.
Se aduce que si no pueden ejecutar los movimientos y pasos rituales de las ceremonias, no pueden ser iniciados porque sería imposible seguir el ritmo del coven. No se dice, claro que muchos de los rituales y ceremonias actuales se han tenido que adaptar a los tiempos y circunstancias en aquellos aspectos que lo exija la Ley y el lugar.
Seguramente todos conservemos viejos tratados en los que el guión nos exija imposibles y seguro que tenemos a mano éstos o similares formularios ya actualizados donde buena parte de todo esto desaparece. También leemos cómo hemos ido substituyendo en los rituales animales por vegetales, bosques por parques o incluso ciudades y en fin un sinnúmero de remedos que nos faciliten la práctica ¡y que buenos son mientras no la desvirtúen! Pues bien ¿para cuando una ejercicio de creatividad para incluir a aquellas personas que espiritual, sentimental y mentalmente están receptivas y preparadas para ser wiccanas, pese a estar físicamente impedidas? ¿Trataríamos igual a nuestros ancianos, les echamos de nuestros covens por inútiles para una práctica «normal»? No dudo que éste sea otro handicap que debamos tomarnos muy en serio.
Bien cierto es, como apunta Morgana, que «we’re just a cross-section of the normal population – we’re tackling the same problems as the rest of society: eating healthy, smoking, sleeping around… prejudice«, pero no por eso podemos consentir que el neófito imponga su ego por encima de su renacimiento en vez de aniquilarlo para trascender.
Hay barreras no físicas que si están puestas es por algo y entiendo que desnaturalizarnos, saltárnoslas de ninguna forma nos significa, sino que nos extingue.
No es excusa que nuestra sociedad tenga prejuicios contra la homosexualidad y que por ello esté de alguna forma justificado que entre nosotros se mantenga. Por las mismas no podríamos aceptarnos ni nosotros mismos porque la Brujería es un foco secular de prejuicios. Que no nos extrañe, puestos en este plan, que haya «wiccanos» que sostengan que el satanismo o el sacrificio de niños es Wicca. Bueno, de hecho ya he leído por ahí que se anuncia una Wicca «satánica».
Conste que con esto no pretendo echarnos toda la culpa, pero sí hacernos responsables por no cortar por lo sano y nunca mejor dicho, el mismo día que leímos dislates tan absurdos. Que esto no viene de ahora, que es una irresponsabilidad por creer que respetar a las personas nos obliga a hacerlo con sus opiniones.
Aunque creo comprender a Morgana y sintonizo con sus palabras, no puedo estar del todo de acuerdo con que «If the old guard are not willing to change with the younger generation of Wiccans, who are experimenting with new forms of the craft like this,” she adds, “we will be failing.» Y no lo puedo estar porque el hecho mismo que estemos hoy aquí quiere decir que tan mal no lo hicieron, que un maestro nos enseña lo que sabe, todo lo bueno y todo lo malo y ha de ser cuestión nuestra discernir y aprender y sobre todo qué es lo que hemos estado transmitiendo nosotros y qué es lo que queremos transmitir realmente.
Hoy más que nunca hay que reivindicar el reconstruccionismo en la Wicca, porque todos estos problemas desaparecerían de un plumazo. Ya no sería la opinión de nadie, sino el hecho de todos, lo que tendría un significado, un valor ortopráctico.
Nos han transmitido un ceremonial, unos ritos, pero no entiendo que con ellos tengan que ir etiquetadas las medidas y proporciones los bultos o la ausencia de éstos que deban tener aquellos que los practiquemos.
Igual que el neófito conoce lo que trae consigo a la Iniciación, el sacerdote sabe que las maletas se quedan fuera y que si no es severo en cuanto a esto, todo lo que no se destruya antes se magnifica después.
No puede ser que aceptemos en lo que se ha convertido la persona por encima de lo que realmente es. Y si lo hacemos asumimos que pueda hacer de nuestro Culto lo que la de la gana y convertirlo en lo que quiera y entonces, en ese mismo momento, estaremos firmando nuestra desaparición ¿Qué Tradición estamos transmitiendo si no garantizamos en nuestras posibilidades a quien se la transmitimos que así la hemos recibido y así ha de transmitirla él? ¿Y cual es el resultado si lo hacemos? Muy sencillo, wicca gay, cristiana, homófoba, no dudo que pronto misógina o musulmana ¿Y qué más dará si al final lo que va a valer es la opinión o costumbre -las cenizas- de quien llega o de quien no supo aprender lo que representa lo Divino -el fuego-?
Dura va a ser la tarea que Morgana se ha propuesto, pero siendo justa y sobre todo necesaria no dudo que tenga sus frutos. Al menos la empatía y apoyo del que escribe va por delante. Morar para otro lado es lo que nos ha puesto en esta situación.
Cuando vemos arte en un cuadro y pornografía en una foto algo falla en nosotros. Cuando buscamos aprender según cómo sean y no por lo que nos enseñan algo falla en nosotros. Cuando aceptamos al prójimo dependiendo de lo que es por encima de lo que puede aportar algo falla en nosotros… Cuando reverenciamos la Naturaleza corrigiéndola, algo falla en nosotros.
©Fernando González-Wicca Celtíbera
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1.- Falóforo. «Del griego, término que designa al sacerdote encargado de llevar el falo durante las faloforias o fiestas consagradas a Dioniso en la antigua Grecia, donde el falo era considerado un símbolo de la fertilidad. En un primer momento el falo estuvo dotado de características mágicas, aunque terminó por actuar como atributo del dios o como divinidad propiamente dicha. Heródoto mencionó un antecedente de los falóforos en una ceremonia similar celebrada en Egipto en honor del dios Osiris. En aquellas fiestas dos sacerdotes se encargaban de llevar un enorme falo adornado con cintas y protegido con un disfraz. Herodoto nombró a Melampus fundador de los cultos dionisíacos en Grecia, al haber importado desde Egipto aquellas ceremonias. Hoy en día se cree, sin embargo, que las celebraciones en honor a Dioniso son originarias de Grecia. Al contrario que otras formas de culto a Dioniso, las faloforias no fueron orgías misteriosas, sino fiestas de carácter público. La parte central de las celebraciones fue el falo, que se realizaba de diferentes materiales, sobre todo en piel y madera de higuera, por ser considerada ésta sagrada para los seguidores.
Cada año se construía un nuevo falo y el viejo era arrojado con toda solemnidad al fuego, ya que los objetos sagrados en los cultos de fertilidad sólo podían tener un uso. Las celebraciones comenzaban con una alegre comitiva en marcha hacia el templo de Dioniso. El falóforo sujetaba en alto, a lo largo del recorrido, un falo gigante. La explosión y el juego daban comienzo cuando establecía una lucha, con el falo a modo de lanza, contra una amazona. Las mujeres jóvenes llevaban sobre sus cabezas cestas que contenían lo necesario para celebrar las ofrendas y sacrificios a Dioniso: un cabrito, vino, uvas, higos y manzanas. La marcha se acompañaba de cantos fálicos en honor de Falos, el alegre y libertino compañero de Dioniso. Los ithifaloi, vestidos con coronas de violetas o hiedra y con máscaras de borrachos se dedicaban a hacer todo tipo de bufonerías y burlas a los espectadores. El más importante de todos ellos era el falóforo, quien, pintado y ataviado con una llamativa túnica, acercaba a los asistentes la enorme representación del falo, sin duda para atraer la fertilidad, el florecimiento y la prosperidad sobre ellos. Al cortejo seguía el solemne sacrificio, auspiciado por el falóforo como sacerdote principal del culto. Después tenía lugar el banquete. Las faloforias llegaban a su fin con el cômos, es decir, el regreso a la ciudad del cortejo, más exaltado y procaz como consecuencia del vino.» Por extensión, hombres y mujeres que portan falos en ritos y ceremonias religiosas.
2.- Público.es, Los gays paleolíticos salen de la caverna.
3.- Ibid.
¡Pero digo yo…! Por que no aceptamos de una vez que todas las criaturas, incluidas las humanas somos «SEXUALES» y de una vez por todas quitamos las clases o modos de sexualidad. La lengua, la cultura, las clasificaciones nos impiden ser LIBRES… Sobre todo con una energía tan poderosa como es la sexual; así que tenemos un sin fin de nombres para definir nuestros «gustos» respecto del sexo: homosexual, bisexual, eterosexual, lesbiana… etc.
¿Y que importa como cada uno goce de su sexo? ¿Acaso tenemos que pedir permiso a alguien para disfrutar de nuestros sentidos? Cada uno que haga lo que más le guste, o le dejen hacer. Solamente teniendo en cuenta que, no abusemos de nadie y que todos los que van a participar del las relaciones sexuales estén de acuerdo…
ENTENDIENDO ESTO (A la Naturaleza misma) se terminarían las fobias, las represiones, el odio, los complejos…
Desde luego para mí está claro que los hermanos que pertenecen a la Wicca son personas que tienen el crecimiento suficiente como para formar parte de este camino y poder ir evolucionando en este proceso. Esa es la condición indispensable. Ya que tengamos que ser rubios o morenos, nos guste la carne o el pescado y demás preferencias de cada uno me trae al fresco. Me ha gustado mucho la exposición de Fernando explicando algunos ejemplos de la homosexualidad en nuestros orígenes y cómo es tratada como lo que es, algo completamente natural. El sexo forma parte de los ritos de la Naturaleza y nuestros antepasados no tenían el peso moral que tanto ha calado con el rollo judeocristiano. Seguramente este peso nos sigue pasando factura..
Increible que a estas alturas estemos con estas, estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por mis hermanas, gracias Fernando por esplicar con tanta claridad y precision que la homosexualidad es tan ancestral como nuestros ancestros, dejemos ya de clasificar algo tan natural como la vida misma y cada uno lo disfrute como más le guste dentro y fuera de la wicca…
Ni a mi nadie me pregunto si era homosexual o heterosexual, ni si como carne o pescado, ni nada por el estilo, a mi tampoco se me ocurre preguntar a ningún hermano lo q es o deja de ser. El camino iniciático de la Wicca no busca perfiles marcados de personas de una forma u otra, sino personas religiosas, que no hagan daño a los demás, ni al planeta, ni animales…..
La sexualidad es parte de la naturaleza , de la vida, respetemos la orientación sexual de cada uno sin prejuicios y sobre todo sin juzgar, que cada uno sea libre de elegir sin temor al «qué dirán».
La sexualidad es inherente al ser humano desde sus orígenes, sin duda somos «presos» de la moderna moralidad. Los prejuicios no hacen sino tener una visión limitada y hacernos estrechos de miras.
Seguimos con el peso judeocristiano, ¡Ay que jo…..el daño que nos seguimos haciendo cuando la homosexualidad es tan natural. Que sobran las palabras.