Hay noticias que no sabe uno si tomar a risa o pensar que es de nosotros de quienes se están riendo desde el poder. No hay día que pase sin que leamos o veamos iniciativas represivas desde el Estado contra nuestros Cultos religiosos, contra la libertad religiosa, urdidas desde los lobbies de siempre y acogidas en muchas ocasiones con un servilismo que raya en lo medieval.
Ahora nos llega desde Bolivia, recogida por el diario Opinión y bajo el titular: «Gobierno advierte sanción contra brujería y mala praxis en medicina tradicional«, una nueva agresión contra los derechos fundamentales por parte de un Estado moderno. Y lo malo no es que se produzcan este tipo de actitudes, sino que cada vez y con más frecuencia empiezan a darse en países occidentales que en principio se les suponía democráticos o en franca vía de democratización.
Así, aprovechando que Bolivia está estudiando modificar y endurecer con su Anteproyecto de Ley la Legislación en materia de medicina tradicional a causa de varios casos de negligencias médicas, combatiendo con más dureza la mala práxis de los profesionales que ejerzan este tipo de medicina, una iniciativa que en principio suena perfectamente normal, los legisladores y no entendemos por qué extraña genialidad, han entendido que es una ocasión que ni pintiparada para que, al mismo tiempo y en el mismo Anteproyecto de Ley ¡se tipifique como delito la práctica de la Brujería!
Desde el Viciministerio de Medicina Tradicional e Interculturalidad «se elabora un anteproyecto de Ley de Medicina Tradicional que prevé sancionar no sólo la mala praxis en este ámbito, sino también la brujería, según informó el viceministro Alberto Camaqui.«
Si ya resulta absurdo mezclar ambas cosas, la explicación posterior para justificar el endurecimiento y alcance de la Ley nos deja perplejos. “Estamos previendo que se sancione la brujería porque no puede ser que exista esta clase de personas que se prestan a hacer daño a la gente”… Por si no hubiesen quedado bien claro los motivos de aprovechar que el Pisuerga pase por Valladolid, D. Roberto Machaca, técnico administrativo del Viceministerio, nos ilustra: “la brujería es una acción que, a través de los conocimientos milenarios y ancestrales, afecta la vida, la salud y la humanidad de otra persona”.
Aunque quizá sorprenda al Viceministro D. Alberto Camaqui, este anteproyecto además de ser una agresión contra los Derechos Humanos, carece de sentido, de criterio y de fundamento. Y sostenemos esta afirmación por los siguientes motivos:
Porque la Brujería es una religión y confundirla con hechicería o magia o incluso relegarla a lo que hagan y piensen sus fieles -o quienes digan serlo- es absurdo, injusto e irreal.
ALBERTO CAMAQUI
Porque los malos deseos no pueden sancionarse y si se hiciera no existiría persona que no debiera ser encarcelada. Si se abre la espita, que se use de un ritual para desear el mal en vez de desearlo simplemente, acabaría siendo el primero un agravante que no eximiría al segundo de haber conspirado aún cuando en el pensamiento para delinquir.
Porque el Derecho Internacional, que está por encima del local, protege la libertad religiosa del ser humano, y que existan personas con malos deseos que incluso desarrollen hábitos concretos para canalizarlos, queda al margen de la religión, filosofía o modo de vida que practiquen.
Concretando. Debido a las malas prácticas o negligencias de algunos profesionales de las medicinas alternativas y al intrusismo de los charlatanes, el Gobierno boliviano decide impulsar una Ley que persiga a la Brujería -aquí viene lo que remata el proyecto- y además añade el Sr. Machaca, “no sólo la brujería será sancionada, sino también la mala praxis. Ahora los p’ajpakus (charlatanes) ya no podrán trabajar” ¿Alguien nos lo puede volver a explicar? Será el clima o la edad, pero un servidor no termina de «pillar» tan magistral jugada.
Por lo que podemos entender, la idea del Sr. Camaqui, es prohibir los malos deseos como si de un delito en sí mismo se tratase. Desear que te parta un rayo y ya no te cuento si va el rayo y te parte, es motivo para condenarte penalmente. Osea que cuando los católicos se han manifestado exigiendo que las personas homosexuales no puedan ejercer sus Derecho Civil de contraer matrimonio en España, con el agravante de que hubieran conseguido revocarlo o dificultarlo o alguien se sienta afectado, y además se derive de pedirlo rezando en una iglesia, deberá prohibirse el catolicismo mediante una Ley, no se, sobre el Medio Ambiente, condenar a los católicos y multarlos/encarcelarlos a todos.
Definitivamente nos hemos vuelto todos locos, la Comunidad Internacional ciega y la judicatura sorda.
Wicca Celtibera 