Hay voceadores que deberían ceñirse a lo suyo, a dar coba al Sr. Obispo y dejar la información y opinión, la seria y contrastada, la profesional en definitiva, para quienes sepan divulgarla sin demagogia, falacias ni soberbia, por no decir desvergüenza, sobre todo cuando tan solo se limitan a faltar al respeto de la sociedad gratuitamente por “hacerles” las palmas a sus cleros.
Y si quieren opinar más les valdría cuidar un poquito más la educación antes que suponer que con títulos se cubre la carencia, que «quod natura non dat Salmantica non praestat» y hay quienes, por desgracia, necesitan de buen préstamo para escribir sobre según qué cosas.
Esto es lo que leemos en el caso de D. Luis Miranda, redactor y pregonero[1], que ha tenido la “sagacidad” de creernos tan ingenuos como imbéciles han sido sus palabras para defender la indefendible pretensión de dulcificar un expolio escandaloso, en un artículo que publicó para el diario ABC hace poco más de dos semanas[2].
LUIS MIRANDA ABC-CÓRDOBA
Dice “el vocero” Miranda de quienes protestan por haberles quitado la Mezquita de Córdoba, que “Nunca se les escuchó preocuparse por el patrimonio y es probable que cuando aprovechen algún puente para ir de viaje tengan más interés en el vino, las tapas y los escaparates que en las fachadas y piedras que les enseñan los guías.”
Bueno, que nunca los escuchase él, más ocupado en estar procesionando, no significa que no se pronunciasen ¿verdad Sr. Miranda? Un servidor, habituado a luchar por la protección del Patrimonio Histórico desde los años 90 del siglo pasado, si he de serle sincero es a Ud. a quien no he oído nunca, aunque me dicen los que asistieron a la Semana Santa de Sevilla de 2011, que tiene buena voz.
Ni que decir tiene que aludir al buen yantar y beber, siendo como somos cuna de un excelente y privilegiado patrimonio gastronómico, no creo que fuera arma arrojadiza alguna, más bien al contrario, salvo que hubiera querido acusarles de borrachuzos y tragones porque como tales identifique a quienes exijan que la Iglesia Católica devuelva lo que ha enajenado, pero no tuviera redaños para escribirlo tal cual, en cuyo caso perdería buena parte del crédito.
Un crédito, al respeto que nos merezca, que desaparece por completo cuando leemos lo que escribe a continuación, riéndose de quienes se quejan de esta desvergüenza diciendo “«¡Ay, mi Mezquita de Córdoba!», lloriquean con el mismo deje que el Azarías de Miguel Delibes y Francisco Rabal tenía para decir «Milana bonita».”
No nos extraña que luego haya quienes digan… “¡Ay, mi Jesusito en la cruz! Lagrimean las beatas como ursulinas pidiendo por un tejado nuevo cuando le ven hornearse en el video de Crahe…” ¿Verdad que tiene mucha gracia? La misma cuanto menos, Sr. Miranda; la misma que nos provoca su paupérrima retórica.
Continúa despotricando a siniestro, que contra la diestra no le sale por ir de mano, afirmando que quienes reprochan la inmatriculación de la Mezquita por inconstitucional no “han leído demasiado del Islam —no han leído demasiado, en general— y no les importa mezclar churras con merinas…”
Definitivamente su soberbia e ignorancia, pavoneada por un diario de la talla de ABC, hace mucho más bochornoso, de vergüenza ajena, este libelo ya sin duda claramente imbécil que le han editado, haciendo buena la máxima de una naturaleza que no ha dado lo necesario y una Salamanca que tampoco se lo ha prestado.
¿Qué hay que leer del Islam que no sepamos ya? ¿Qué ha leído Ud. que no sepamos los demás? ¿Que islamismo y cristianismo son vástagos de un mismo Culto? ¿Que ambos han arrastrado a medio mundo a guerras genocidas durante más de 1.000 años? ¿Que a pesar de ello no les tiembla el ánimo de unirse para atacar o vetar los Derechos Humanos y Fundamentales de terceros? ¿Pretende asustarnos haciéndonos creer que si devolvemos la Mezquita a sus titulares, al pueblo de Córdoba y la sociedad Española, entrará aquí la Sharía? ¿Qué le hace pensar que no sepamos diferenciar un expolio de manual como este, impropio de una Democracia, con reclamar o conceder una titularidad? ¿Sobre qué no hemos leído en general, sobre patrística, apologética, algún misal, el Catecismo… sobre qué?
Pero lo que nos intriga realmente es el motivo de achacarnos que mezclamos churras con merinas, debe ser que de no leer -en general-, lo que Ud. lea, se nos escapa entender a qué se refiere con ello.
A lo peor es Ud. quien mezcla las cosas adrede para distraer nuestra atención de la realidad. Ya sabemos que de buena fe no actúa, carece de argumentos y educación demuestra poca ¿por qué deberíamos fiarnos? Para ejercer como ejerce, de mamporrero, más tino necesitaría, porque no da una. Puede que sea Ud., en definitiva, quien mezcle para tapar este birle de opereta ¿No?
Porque si es en lo que a nosotros/as concierne, sabemos que sobre un Templo Ibérico se construyó un Templo Romano al Dios Jano, que sobre el anterior se construyó la Basílica de San Vicente Mártir, que a su vez sobre ésta construirían la Mezquita Musulmana y después los cristianos la Catedral Católica[3]. Por otra parte, sabemos que un Estado aconfesional no puede disponer de clérigos de ningún tipo ejerciendo como notarios públicos ni registradores de la propiedad del Estado. ¿Será eso lo que se nos escape, o se le escapará a Ud. que lo sepamos?
Para no bailarle aguas por más tiempo a este secuaz vocacional, la peor calaña de secuaces que hay, le diría que no creo que merezca la pena continuar criticando lo que se critica por sí mismo: unas objeciones tan absurdas que fuera de insultar y creer que nos confunde con sus pamplinas, vaya jamás a disimular el hecho de que una Confesión Religiosa sin derecho alguno que lo justifique, se haya apropiado de un Bien Público Español Patrimonio de la Humanidad por menos de 30€, que se lo mantiene el Estado y genera unos beneficios anuales de al menos 8 millones de €. Un centro milenario plurireligioso de un valor incalculable que además genera pingües beneficios. Lo demás, paparruchas.
[1] D. Luis Miranda, pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 2011.
[2] ABC 1/03/2012 Córdoba/Verso suelto ¡Ay, mi Mezquita!
[3] Sobre el Dios Jano. En cuanto a las diversas construcciones religiosas, que incluyen templos paganos previos a la Basílica, Mezquita y Catedral: Francisco Ruano. Historia General de Córdoba Tomo I. Bartolomé Sánchez de Feria y Morales. Palestra Sagrada o Memorial de Santos de Córdoba. Tomo IV. La Mezquita-Catedral de Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Guía Oficial de la Mezquita de Córdoba: “No obstante, y el tema real que nos trae hasta este punto en la Historia de Córdoba, el segundo templo construído en el lugar sagrado que hoy ocupa nuestra Mezquita-Catedral fue el del Dios Jano. Según Polibio, Jano era la divinidad de las dos caras. Una, la de la victoria de la guerra que ya había terminado (segunda Guerra Púnica contra Cartago, 218-206 a.C.), con cara seria y, la otra, la cara de la paz, en este caso opuesta, sonriente. Con esta simbología bifronte se construyó un templo exástilo, anfipróstilo, con seis columnas de granito en cada lado, formando todas un rectángulo.
Existen pruebas feacientes de esto. Primero, una pequeña cara de este Dios bifronte, bien guardada en una de las vitrinas del Museo Arqueológico. Y segundo, las distintas columnas de granito que aparecen como material de acarreo, utilizadas tanto en la construcción de la primera mezquita fundacional de Abd al-Rahman I como en la ampliación de Abd- al-Rahman II, además de basas, capiteles y cimacios. A este respecto, tampoco se pueden olvidar las citas epigráficas en los “milarios romanos”, indicadores de la época de las distancias al Mediterráneo y el Atlántico, comunes en muy diversos lugares de al-Andalus, hasta en el propio Patio de los Naranjos.
Si bien no sabemos la exacta localización de este templo, suponemos estaría superpuesto al de Salomón ya citado.”
Wicca Celtibera 