Dice D. Pablo J. Ginés, a quien hubiésemos debido un prolijo y «documentado» trabajo si lo hubiera sido más allá de un panegírico tan vacuo como falaz, que el libro que p0ndera está pensado para «ayudar a la gente oprimida por el Maligno, prevenir contra las prácticas de riesgo (brujería, «new age», adivinación, amuletos…) y animar a una vida de sacramentos y cercanía con Dios.«. Ignora este buen Sr. que las únicas prácticas de riesgo a las que se enfrenta el entorno católico son las de monaguillo y misionera, siguiendo este mismo orden de prelación. Ejercer la libertad religiosa de elegir un camino espiritual diferente al católico, entienden estos individuos que es una «practica de riesgo», pues aún a sabiendas que la Brujería es un Culto Religioso reconocido y perfectamente legal, siguen impunemente difamando a siniestro y más siniestro, sabedores que un Gobierno sumiso y obediente, el del PP de Rajoy, jamás reprenderá sus desplantes a la Constitución.
Nos lleva el Sr. J. Ginés a través de una ñoña y soporífera entrevista con un supuesto «exorcista» (Salvador Hernández), que alecciona sobre los peligros del Diablo y de no cumplir los dogmas de su fe. Es mas, se abroga el conocimiento divino de saber que toda la magia es mala, como ser brujo/a, producto de un pacto demoniaco con la intención de hacer mal. Vamos que no dice nada nuevo, la misma cantinela con la que nos llevan asustando y mintiendo desde hace 1.000 años. No hemos tenido demasiados Salem o Zugarramurdi que esta clase de trastornados mentales avientan sus vomitivas memeces cual «salvadores» de la raza humana, una raza que si no les para el racionalismo y la Revolución Francesa hubieran exterminado -apunto estuvieron- ellos solitos sin ayuda de más demonio que el de sus enfermizos y corruptos cerebros.
Después de inventarse que en el cristianismo no hay magia (!) y prohibir durante cientos de años con la muerte decir lo contrario, una vez que la represión obligó a la lengua, saltan con que toda magia es mala, sabedores que como en su caso no hay religión donde no haya magia y así condenar todo lo que no sean ellos mismos -y hasta eso con matices-. Así este presunto exorcizador nos enseña: «No existe la magia buena, no hay magia blanca; todo es magia negra. Toda la magia consiste en que actúen demonios. Cuando actúan hechizos o maleficios, siempre hay detrás un brujo. Un brujo es una persona que busca poder y está dispuesta a hacer daño. Pacta con un demonio, pero el demonio siempre acaba dominando al brujo. Algunos magos, cuando ven que ‘ya no controlan’ y que se acerca su destrucción, acuden a mí, me piden ayuda. Para liberarles son necesarios muchos años de exorcismo y un cambio de vida, una vida cristiana fuerte.«
Si habla una zarza es obra de Dios, si lo hace un ídolo es magia. Si desciende una paloma es el Espíritu Santo, si quien lo hace es un cuervo se trata de un demonio. Si un profeta invoca a Yahwéh es un Santo, si invoca a Baal un brujo. si yo listo, tú tonto… ¿dejaran algún día de intentar tomarnos el pelo con esta demagogia tan simplista como hiriente? La verdad que partiendo de los integristas de Fórum Libertas tampco podeos esperar mucho más, todo sea dicho.
Eso sí, que D. Salvador espete a continuación que el Reiki es diabólico, más que ha sermón suena «fumadón» no sabemos si estar demasiado cerca de los botafumeiros afecta, pero este Sr. debería mirárselo… «Muchas ofertas de la Nueva Era, como el reiki, consisten en que alguien te impone las manos. ¿Qué garantías tienen de esa persona? Puede ser un brujo camuflado. He tratado muchos que vienen del reiki, de recibir esa imposición de manos, de abrirse a guías, a entes, ¡es como el espiritismo, es abrir una puerta a los espíritus malignos! También puede darse en pseudo-meditaciones trascendentales. La Conferencia Episcopal de EEUU ya explicó que el Reiki y otras técnicas de Nueva Era no son eficaces segun comundidad cientifica, no tienen rigor… Pertenecen al mundo de la supersticion. Pero yo he visto varios casos de demonios introducidos por reiki o por invocaciones.«
Me encantaría leer lo que esos mismos científicos en los que se basa la Conferencia Episcopal Americana, entre juicio juicio y juicio por pedofilia, dicen sobre Lourdes o la sangre de San Pantaleón, por ejemplo, aunque meda que no van a ilustrarnos con ello. Lo gracioso es que inmediatamente después de hacer tal afirmación, resuelve que la «liberación» también llega ¡por la glosolalia!.
Ahora bien, miedo da cuando afirma que «…si se comprueba realmente que alguien es un sacerdote satánico, con eficacia real y repetida para causar el mal, con pruebas y testigos ¿no debería haber alguna penalización para alguien así? Está por legislar» ¿Y quienes dice que van a «juzgar» lo que demuestre sin dudas que alguien hace daño mágicamente a otra persona? ¿Ellos? ¿Juzgarán de nuevo si la vaca del vecino enfermó por la viuda? O mejor ¿ quemaremos vivo al vecino gótico por mandar un virus satánico a nuestro i-pod? No, gracias, ya tuvimos esa política. Se llamó Inquisición.
Salvador Hernández, exorcista de Cartagena: no existe la magia blanca.
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