…O DE COMO LA CIENCIA DEMUESTRA EL ORIGEN IBÉRICO DE LOS CULTOS CELTAS Y LOS HECHOS EL DE NUESTRA TRADICIÓN
Evocar el mito de la manzana de la discordia, dicen que es una alegoría para reflejar cómo de un asunto sin importancia puede provocarse el caos, que una cosa relativamente pequeña llegue a magnificarse hasta perder el control ó que manipular algo en principio insignificante estalle en las manos de quienes lo manejen torpetemente. La Discordia es como es, invocarla puede costarnos mucho más de lo que estamos dispuestos a perder…
Desde que anunciamos haber presentado nuestra solicitud de inscripción en el Registro de Entidades Religiosas (RER), algo en principio que no habría tenido mayor trascendencia mediática de habérsenos preguntado en vez de montar el guirigay que se montó, creo que hubiesen podido evitarse muchas de las situaciones que desgraciadamente vinieron después y que nos ha colocado en la tesitura actual.
Sobre cuestiones peliagudas podemos recurrir al viejo axioma que dice aquello de que el tiempo da o quita la razón, si bien resulta que para sorpresa de propios y extraños el azar a veces nos es propicio y acaba por dárnosla antes de lo esperado e incluso de la forma más impredecible.
Como adelanto a un análisis de nuestros primeros tres años reconocidos legalmente como religión en España, aportaremos algún dato más que ayude a rastrear mejor nuestra actividad e ir entendiendo cómo ha sido posible que llegásemos hasta aquí.
Que nuestra «irrupción», que no aparición, ante la comunidad «cibernáutica» pagana como Tradición ya consolidada, con motivo de anunciar haber iniciado los trámites de inscripción en el RER (junio 2011), supuso considerarnos tanto «heréticos» por atrevernos a «registrar» la Wicca, como inoportunos por hacerlo sin el conocimiento, visto bueno y «bendición» de esta comunidad, es un hecho que se justificó, entre otras cosas, porque nadie (!) sabía de nosotros.
Como «bienvenida» virtual recibimos descalificaciones, amenazas, desprecios e incluso se apeló desde entidades paganas al mismísimo Ministerio de Justicia para tratar de impedir nuestra inscripción -que sí, que lo sabemos-. Otros, corrieron a registrar alguna asociación fantasma al tiempo que nos bailaban el agua, quizá para no perder un presunto control que, por cierto, nunca tuvieron y que ahora dedican a vender «iniciaciones» de fin de semana. Una historia que por reciente también deberá divulgarse públicamente: tanto con pelos y señales, como con nombres y apellidos.
El caso que nuestra aparición motivó para llamar a rebato a la comunidad pagana -por fin y por desgracia- contra nosotros y con toque a degüello incluído, en una unidad que no hemos vuelto a ver en España ni cuando han atacado de verdad al Paganismo, una realidad que demuestra, eso sí, todo el potencial del que dispondríamos de estar bien enfocado.
Se nos acusó de auténticas barbaridades, en parte quizá producto de la ignorancia de quienes respondían, de buena fe, antes a una consigna que al conocimiento de una realidad que, precisamente por ser anterior, escapó a su conocimiento.
Pero al margen de no querer entrar a remover ahora todo aquello, hoy ya visto desde cierta distancia, reconociendo algunos resquemores sensatos y errores por nuestra parte y sin que quede ningún rencor, al menos en lo que a nosotros se refiere, en justicia no podemos obviar aquellas alusiones, por más hirientes las más graves, que cuestionaron ya no el hecho de decirnos wiccanos o de serlo, sino el de nuestro propio pasado e impronta en el Paganismo español.
Es normal que para muchos que por el hábito no conocían otro mundo sino el virtual, que por preferencia lo mollar no venía en español y que por edad no vivieron más historia que la inmediata, la Wicca que no tuviese presencia en las Redes Sociales no era Wicca e imaginar un pasado que careciese de nombre en YouTube, imposible.
Es cierto que hubo personas con muchos años a su espalda en el Paganismo y en la Wicca que respondieron igualmente alarmados, si bien su tono fue otro muy diferente, su prudencia sabia y su desconocimiento no ya de nosotros, que por supuesto no conocían, sino de todo movimiento contemporáneo de la Brujería en España, les hizo seguir unos derroteros más razonables. Y bueno, a quienes fueron a preguntar, ya se sabe…
Sí puedo adelantar que uno de aquellos que dieron y tomó «parte», aseguraba que la palabra «wicca» no existía hasta Gardner (!), que no podíamos utilizarla porque era de origen anglosajón, la tenían registrada en Inglaterra, estábamos poco menos que vulnerando un copyright internacional y tendríamos problemas legales de no desistir… vamos, que no dio una.
Sólo cuando en España y únicamente nosotros los proscritos pusimos en solfa el origen de la Wicca, cuando cuestionamos ignorar el pasado y empezamos a divulgar lo que son hechos, sólo entonces, te dicen que en realidad no importa ni el significado ni la historia -la nuestra sí-, porque se ha «decidido», consensuado, que la historia no es lo que ha sido, tiene que traducirse como convenga y adaptarse a cada cual. Remarcando, claro, que sus decisiones de lo que quieren que haya sido el pasado más reciente de la Wicca sí conviene respetarse porque hay un consentimiento tácito aunque no escrito, de que ésa ha de ser la historia oficial.
Unos pueden permitirse ciertas licencias con su pasado, negociar con la realidad y consensuar inter pares qué debe tenerse por cierto y qué no conviene que lo sea, mientras que otros hemos de ceñirnos, cosa que hacemos con gusto, a un análisis exahustivo e impecable para que nos «permitan» existir, sin salirnos jamás de un arrabal en el que se espera que vivamos siempre confinados.
Sobre querer encapsularnos a territorio «comanche» y cajón de sastre del «todos los demás«, eso que mal utilizado y peor definido explican eufemísticamente como «eclecticismo«, está claro que jamás lo vamos a consentir, porque ni es justo ni es verdad y el cuajó ya lo tenemos lo suficientemente ensanchado, como para que nos quieran hacer comulgar con ruedas de molino.
Con una trayectoria pública -quizá no así ciberpagana- de unos 30 años en la Wicca, hemos de reconocer que ver cuestionado nuestro pasado por personas de poco más de 20 años de edad, no fue ni mucho menos sencillo y en no pocas ocasiones frustrante. Máxime, cuando nos exigían (?) pruebas los mismos que con auto-condescendencia, entienden que su historia es aquél apero al que recurrir para interpretar mejor que describir lo que interese destacar, y por supuesto que sea lícito y normal modificar los hechos porque no digan lo que se quiera justificar.
Hay quienes no entienden que no se puede «decidir» lo que fue, solo aceptarse o en su defecto tergiversarlo, ignorarlo u ocutarlo, que es lo que somos a partir del presente lo único que podemos provocar que sea en el futuro.
Así, leemos que los mismos que nos negaban un pasado reciente en la Wicca, primero diluyen o hacen desaparecer ¡los primeros 5.000 años de su historia! porque, explican, las palabras y sus contextos tienen el significado y el uso que queramos en cada momento, para después meternos a calzador «su» terminología oficial previamente «acordada».
Afortunadamente, cuanto más se empeñan en explicar la Wicca desde una óptica moderna, más datos y referencias nos demuestran que no es así, pero esto se aleja del motivo de este escrito y ya lo estamos tratando especialmente en articulos temáticos.
Hasta se nos ha llegado a reprochar radicalidad e intransigencia por no aceptar la mentira histórica ni como medio de identificación, ni como forma de explicarse, ni de ninguna de las maneras, pero al mismo tiempo que se nos exige veracidad y un pasado contrastable. Perfecto, vamos con ello. No tememos enfrentarnos a nuestro pasado, es más, lo aceptamos y de hecho qué mejor forma de reivindicarnos que asumir lo que hemos sido, hecho y dicho. Y aquí sacaremos una pequeña muestra.
Así, obvio que la Wicca Celtíbera sea una «intrusa», una incómoda pareja de «baile» que lleva su propio ritmo y más años que vida o vida adulta tienen muchos de los que la cuestionan, y que supongan carecemos de pasado rastreable o mejor conocido -que otros conozcan-, queremos pensar se deba antes a su querencia por lo foráneo, su edad o su desinterés por lo autóctono, porque no puede entenderse racionalmente de otra manera puesto que ese pasado existe.
No excusamos nuestra parte de responsabilidad, porque también la tenemos, por habernos retirado de la vanguardia pagana durante la última década, hastiados por lo que a nuestro parecer ha sido una desvirtualización constante de la Wicca, de la Brujería Tradicional, bajo la tiránica moda de «nuevaeristas» sin fronteras, sin conocimiento e interés por tenerlo, de conspiranoicos de profesión con graves complejos y carencias de autoestima y en general por personas que, como «abrahanes» frustrados, inventaban -inventan- tantas wiccas o maneras de serlo como ocurrencias les venían a la cabeza (religión a la carta).
Sacamos de ese contexto a historiadores, estudiosos y buscadores de la verdad para quienes han de ser los hechos y no las buenas intenciones los que dispongan. Y por supuesto un poco de esto último también dejaremos al final.
Que entendamos necesario buscar una reconstrucción más sistemática y menos contaminada de nuestra realidad religiosa, es una de las diferencias más evidentes que nos distancian de nuestro entorno y de lo que se espera de nosotros, junto a nuestra decidida voluntad de sostener y mantener nuestra total independencia y ninguna servidumbre a otras Tradiciones, sin que afecte al derecho, la razón y el fundamento de coexistir.
Es llamativo que Tradiciones que dicen fundarse sobre patrones celtas, dejamos a un lado las lagunas que hayan rellenado como mejor lo entendieran en su ceremonial, nos nieguen el derecho a existir como Wicca Tradicional celtibérica, que es cuna del Celtismo, por no haber evolucionado de ellas (!). Y como siempre, para esto se apela a la interpretación sui géneris que se hace de la Wicca.
Por supuesto que no lo dejan así escrito quienes se preocupan de ello y muy mucho se cuidan de nombrarnos no sea que a la tercera ¡aparezcamos! pero cuando utilizan sus foros para ignorar sistemáticamente ese pasado, cuando modifican el significado y uso original e histórico de términos fundamentales y sobre todo cuando dicen que los que no sean ellos, no son -y lo hacen siempre-, se nos está aludiendo en pasiva.
Está muy bien este tipo de lenguaje en el que sin decir, te lo dicen todo, pero es obvio que prestando un poquito de atención uno entiende perfectamente que no dejan de tirarte piedras. Si alguien te dice que a su parecer estás escaso de razón, quizá te lleve un rato coger el punto a lo que te acaban de decir, pero seguro que si te dicen que eres un imbécil, lo entiendes a la primera. En ambos casos te han dicho lo mismo.
De esta forma, desnaturalizada, sin un pasado histórico, falto de contenido, la Wicca sí que puede, en efecto, acabar adscribiéndose al primer brujo que la nombre. De ahí este empecinamiento en ponerle puertas, cuando no coto, a un bosque demasiado grande para cualquiera. Es mi opinión.
Un ejemplo que siempre destacamos, por su trascendencia, es el origen de la palabra WICCA (indoeuropeo) y la poca diligencia con la que se afronta. Un término que muchos consideran inocuo manipular y que sin embargo siempre hemos entendido vital en la Wicca Celtíbera que conserve y que respete su entidad original, como referencia precisamente de lo que nos explica a los wiccanos.
Cuando tratamos de explicar qué es la Wicca falseando el origen y el significado de la misma palabra, ocultando referencias milenarias para diluir con las actuales su pasado y confundiendo las tradiciones históricas con las copias contemporáneas de esas mismas tradiciones, rituales y liturgias, el resultado puede ser todo lo válido que cada cual quiera que sea, pero no es real.
Y si digo que se falsea su origen, es porque ya se sabe cual es, pero no se quiere decir. Si a cualquiera de nosotros nos quisieran convencer que la historia de la astronomía comienza en Galileo, nos sentiríamos ofendidos por creérsenos tan incapaces intelectualmente como para aceptarlo. Por mucho que el cristianismo censurase esta rama de la ciencia, por mucho que se distanciase las astronomía moderna de la antigua y por mucho que cambiase el nombre por el que se la reconozca, ni Galileo funda la Astronomía ni la Astronomía aparece con Galileo
Lo peor de todo esto no es el precio que ha de pagarse por borrar las huellas de un pasado tan cierto como remoto, el precio de abrirles paso a quienes mancillan a nuestros Dioses y Ancestros para su beneficio y la pérdida de conocimientos. No, lo peor es estar dispuestos a pagarlo.
Si convertimos la Wicca en lo que nos vaya conviniendo que sea, en contra de ser lo que nos defina, solo puede significar que nosotros, en realidad, nunca nos hemos sentido wiccanos. Si somos wiccanos, ha de ser porque nos ceñimos a lo que significa serlo. Una cosa es cómo nos hemos ido adaptando los wiccanos a nuestro entorno para preservar nuestras tradiciones, y otra muy diferente construir un entorno wiccano ad hoc al que acoplar unas tradiciones.
Dividir la Brujería entre ésta y la Wicca, explicar mal su origen y significado, reprocharnos por ser y estar sin adaptarnos a esas reinterpretaciones y que sostengamos lo que sabemos que es por encima de lo que queramos que sea, como si fuese culpa nuestra no responder a estos estándares que han «negociado» al margen y algunos creen que por encima de nosotros, ha sido en buena medida la causa de todo este desaguisado.
Pese a todo ello y como apuntamos al inicio de esta reflexión, en ocasiones la «casualidad» se deja querer y si no pone las cosas en su sitio, al menos ayuda a hacerlas un hueco. Y es así como, por ejemplo, ha llegado hasta nosotros un documento que aporta un dato más de todo lo que hemos venido diciendo estos últimos tres años:
Que nuestra Tradición tiene una historia reciente autentificable, que nuestra impronta ha dejado su pequeña marca, aunque sea de agua, en la Brujería, el Paganismo y los Cultos Nativistas Ibéricos y que en definitiva no acabamos de llegar y menos a la Península Ibérica, sino que al legalizarnos hemos consolidado lo que llevábamos décadas construyendo en nuestro país.
Asimismo y al contrario de lo que se ha venido diciendo por los mentideros (sic) de «la Red», no nos hemos subido a ningún carro que no hayamos contribuido a construir y empujado tiempo ha, es más, que no hayamos defendido con tesón, convicciones y estudio aún cuando hacerlo nos costó la marginación de los staff de moda de quienes ayer cabalistas y parapsicólogos, hoy se anuncian o presentan como paganos de toda la vida, la desconfianza de una comunidad académica que hoy debe rendirse a las evidencias y el desprecio a lo hispanófono que hoy la ciencia ha ridiculizado una vez más.
De hecho ahora no vamos a hablar de quienes sabían de nosotros pero no dijeron nada, sino de quienes sabiendo de nosotros lo dijeron públicamente. De aquellos que además de saber y decir de nosotros, lo dejaron por escrito.
No es novedad que uno de nuestros planteamientos, pivota sobre la base de que la Wicca de hoy es el resultado de la Brujería Tradicional de ayer, como la Brujería Tradicional de ayer lo fue del Paganismo de antaño y como el Paganismo de antaño lo ha sido de los Cultos precristianos, fundamentalmente indoeuropeos, de entre los que la Cultura Celta actuaría como crisol marcando el retorno a la Wicca y cerrando el círculo.
No es de quien vengas ni desde cuándo lo hagas, sino de lo que traes contigo, lo que marca tu impronta religiosa. Tu «linaje» lo único que hace es darle un contexto.
Además, defendemos que por tener nuestras raíces en la Cultura Celtibérica, cuna de la Cultura Celta que nace o se gesta a consecuencia de la interacción de los diferentes pueblos de la Península Ibérica, nuestra Tradición está justificada en sí misma y con más fundamento en todo caso, que la de otras Tradiciones que se abrogan una originalidad de la que como tal carecen.
También chocamos con el neo-convencionalismo de tener que aceptar estar supeditados a un sistema estandarizado post-moderno y diferente al nuestro, para que se nos pueda/quiera considerar wiccanos. Algo que desde nuestro punto de vista es una auténtica aberración.
Lo que ya no es tan conocido, es que este mismo planteamiento ni es de hoy ni lo hemos incorporado ahora, sino que viene a culminar lo que nuestra Tradición dice desde tiempo atrás. Y no lo hace ni por azar ni por iluminación ninguna, que no es cuestión de «suerte» ni videncia, sino por décadas de una investigación que se ha ido transmitiendo en nuestro linaje.
Y estos datos y referencia no nos hace destacar o ser mejores, ni mucho menos es nuestra pretensión siquiera insinuarlo, pero nos hace, que es precisamente el quiz de la cuestión.
Lo que se nos reprochaba con mayor vehemencia e incluso desprecio hasta por gente con una trayectoria de un año y menos en la Wicca (!), que decían que habíamos salido de la nada, es lo que no viene de más ir poco a poco explicando, que ya habrá tiempo para todo y para todos.
Digamos antes como refuerzo a nuestra opinión que uno de los hechos más rotundos, que más evidente no puede ser, es llevar 22 años celebrando públicamente el Solsticio de Verano en el Municipio de Pinto (Madrid) como wiccanos y como Culto Celta, en colaboración y con el patronato del Ayuntamiento de esta Localidad. Una Fiesta que ya está reconocida como Tradicional.
Esta circunstancia por sí misma y pese a no haber sido compartida hasta ahora en Facebook, ya deja claro que desde hace 23 años existimos como Culto Wicca, como Culto Wicca que interactúa socialmente y como Culto Wicca que mantiene una constante desde entonces ¿Es responsabilidad nuestra que nadie supiera de ello en Facebook? ¿y no saberlo lo hace incierto? ¿Hay en España algún Culto Wicca o lo ha habido, que pueda probar lo mismo? ¿será menos real porque en terceros países otros lleven 30 años más de cara a la sociedad?
Es difícil entender cómo pueda alguien suponer que un Culto con tres décadas de existencia pública, pionero en su país, con un crédito reconocido, que se definió como Pagano y como Wicca desde el principio, deba toda su existencia a querer importunar a los wiccanos «puros» del Facebook 30 años después de su constitución.
Es ridículo pensar, que cuando en España el término Wicca era un gran desconocido para la mayoría y que salvo alguna excepción fuimos los únicos que se definieron como tales, lo hubiésemos hecho para aprovechar una fama ficticia y por cierto con muy mala prensa en círculos tradicionales de los que un servidor puede dar fe.
Y es cuanto menos pretencioso, suponer que tuviésemos la obligación de informar y pedir permiso a quienes no teníamos por qué, ni sabían de nosotros ni les importábamos un rábano.
En fin, es hilarante prentender convencer a nadie que estando ya en la Brujería Tradicional, se quiera denominar Wicca quien no lo entienda así o con la intención de aprovechar un filón que sabemos no existía y que provocaba más desconfianza que interés, en vez de definirse con algo de mucho más tirón por aquél entonces, una Orden Cabalístico-rosacruciana, de Iluminados de Sirio o Descendida del 5º Chakra… ¡O druídica! ¿y por qué no? En los años 90 del siglo pasado ya empezaba a llamar la atención de muchos.
Pero la referencia que queremos destacar ahora, está en la obra Guía del Madrid Mágico, de Clara Tahoces, pp. 255-256, editado en 1998:
«Existe una controversia sobre el origen de la cultura que los creó -los megalitos-, aunque todo parece apuntar que fueron los celtas o una cultura aún anterior los que empezaron a construirlos. Algunos autores como Fernando Sarrenes defienden que fueron los íberos y no los celtas los que desarrollaron los megalitos, transmitiéndose después a los celtas. Sarrenes afirma: […] Primero, que el celtismo irlandés tuvo su origen en España; segundo, que -y contra la opinión académica- en nuestro país hubo druidas; y tercero, que fue una raza divina la que se ocultó en el interior de los megalitos. Y fue precisamente esa existencia clandestina la que dio forma a las leyendas sobre los duendes, mouros, galigrecos, xanas, hadas y sorguiñas que supuestamente habitan en el interior de estos antiguos monumentos […] «
Antes de entrar en el meollo de estas afirmaciones, que tiene una importancia «colateral» en referencia a lo que quiero exponer, pero no por ello menos importante, como veremos, lo cierto es que el propio dato en sí mismo es bastante esclarecedor por varias razones:
La primera de ellas tiene que ver, evidentemente, con el año de la publicación de este libro. Que sea una edición de 1998 indica que estas declaraciones están hechas antes de que la obra fuese publicada, esto es, que tienen más de 16 años de antigüedad.
En segundo lugar, nos dice que la autora ha considerado relevante y representativa la opinión de la que se hace eco, hasta el punto de aportarla como referencia de lo que esta describiendo en su libro. Si este humilde servidor no hubiera tenido un peso y reconocimiento previo, una credibilidad, como es lógico mi opinión habría pasado desapercibida para ella.
Y como no hay dos sin tres, la tercera razón de que esta referencia tenga tanto valor para lo que venimos diciendo, es que la escritora debió entender que yo no sería del todo un extraño entre sus lectores ni mi opinión única, aunque minoritaria. Algo que no ha cambiado con el tiempo…
Por otro lado y puestos a analizar lo que decíamos, no hemos sido nosotros, sino los estudios y trabajos académicos multidisciplinares sobre la historia de la Península Ibérica, los que están demostrando que nuestras afirmaciones cuentan con una base cientifica suficiente, que no ibamos nada desencaminados… algo que si se nos permite, tampoco ha cambiado mucho con el tiempo.
Que de hecho no fue la Cultura Celta, sino la Cultua Ibérica o proto-ibérica, la que forjaría el Megalitismo, es una realidad ya reconocida e innecesario, entendemos, volver a explicar aquí. La Cultura Megalítica es miles de años anterior a la Cultura Celta y por lo tanto la Cultura Celta no pudo haber fundado el Megalitismo. Y esto es así, lo mismo que sabemos que la Cultura Celta heredó la Cultura Megalítica.
Otra de las afirmaciones que recoge este libro, es que dije que la cultura celta insular tiene su origen en la Península Ibérica.
Bien, es obvio que esta afirmación en modo alguno sale de nuestra inventiva, sino de un estudio exahustivo de nuestro pasado y de una convicción que hemos ido transmitiendo en nuestro Culto. Y aunque soportamos casi estoicamente las burlas de muchos que nos decían vivir las fantasías de un romanticismo pueril, lo cierto es que los datos una vez más nos favorecen.
Ya empezamos a estar acostumbrados a que los que se burlan de quienes defendemos un pasado más allá de 1950 y un sitio con derecho propio de la Península Ibérica en la Historia de la Brujería y por lo tanto de la Wicca, terminen por no dar importancia a estas cosas una vez los hechos les dejan en evidencia. Quiere el «azar» que cada día den menos importancia a más cosas.
Que los mitos y las leyendas, que el floclore, los clásicos, la filología, la arqueología y la lógica más pura, nos indicaban que la Península Ibérica no pudo haber sido una referencia marginal y tardía de la Cultura Celta, una consecuencia pobre y anecdótica de las migraciones de los pueblos celtas al «arrabal» de Europa, no es nuevo. Como tampoco lo es que esta «aculturización» (como antónimo de culturización, culturizar) de todo punto imperdonable, es una consecuencia de la desastrosa e ignominiosa desafección que nuestro país padece hacia todo pasado y más si religioso, precristiano.
Una vieja premisa precisamente cristiana con gran aceptación en nuestro país, sometido a través de unos gobernantes obedientes con el Catolicismo, que grandes sectores del Paganismo han adoptado con una aplomo estremecedor. Así, tenemos que, por ejemplo, la Comunidad de Aragón dedique más presupuesto a subvencionar en 2014 la reparación del suelo de una iglesia, que a todo el conjunto de intervenciones arqueológicas de yacimientos precristianos de su Comunidad.
¿Qué consecuencias tiene esta política? Que sin ir muy lejos, nuestro Templo Celtibérico de Segeda, único en toda Europa, lleve dos años sin financiación ni terminar de excavarse a sabiendas para mayor vergüenza de todos, que ya está parcialmente destruido por recientes labores agrícolas. Difícilmente se puede rescatar y conocer el pasado de un pueblo, cuyos gobernantes lo impiden una y otra vez.
Como resultado tenemos grandes lagunas históricas sobre nuestro pasado celta, algunas ya por desgracia indescifrables por la acción del cerrilismo politico y clientelar, de la profanación y del expolio. Pero con todo y con eso, hay ocasiones que casi «de rebote» la investigación europea, mejor considerada que en España, nos insufla esperanzas.
Y una de estas ocasiones nos la ha proporcionado en primera instancia el genetista de la Universidad de Oxford, Bryan Sykes, una de las máximas autoridades a nivel mundial en su campo, que no un romántico celtíbero de cuya Tradición haya que «dudarse».
Su estudio, confirmado después por Dan Bradley, del Trinity College de Dublín y un tercer análisis más amplio también de la Universidad de Oxford, ha sido el que nos ha permitido poder avalar con absoluta rotundidad que tal y como llevamos décadas afirmando, la Cultura Celta y los pueblos celtas insulares, vienen y tienen su raíz en la Península Ibérica y que por lo tanto las religiones celtas de estos pueblos, también:
«The discovery, by Bryan Sykes, professor of human genetics at Oxford University, will herald a change in scientific understanding of Britishness.People of Celtic ancestry were thought to have descended from tribes of central Europe. Professor Sykes, who is soon to publish the first DNA map of the British Isles, said: «About 6,000 years ago Iberians developed ocean-going boats that enabled them to push up the Channel. Before they arrived, there were some human inhabitants of Britain but only a few thousand in number. These people were later subsumed into a larger Celtic tribe… The majority of people in the British Isles are actually descended from the Spanish.«…[1]
«The majority of Britons are descended from the Spanish. Posted in the Falkland Islands Forum. Sep 19, 2012
Ingleses e irlandeses descienden de los españoles LONDRES,(AFP).- Británicos e irlandeses son, a través de sus ancestros celtas, lejanos descendientes de pescadores venidos de España, según Bryan Sykes, profesor en genética humana de la Universidad de Oxford. Los celtas tienen una «huella» genética casi idéntica a la de antiguos habitantes de las regiones costeras de España, que habrían emigrado hacia el norte entre 4.000 y 5.000 antes de Cristo, explica Sykes, quien publica esta semana un libro sobre el tema, titulado «Sangre de las islas». Hasta ahora, los celtas eran considerados como descendientes de tribus de Europa central. El profesor Sykes pasó cinco años examinando muestras de ADN extraídas de 10.000 voluntarios en Gran Bretaña y en Irlanda para establecer su tesis. «Hace cerca de 6.000 años, los ibéricos desarrollaron barcos capaces de navegar los océanos que les permitieron cruzar el canal de la Mancha. Cuando llegaron había ya habitantes en Gran Bretaña, pero sólo algunos millares. Estas personas fueron asimiladas en una tribu celta más grande. La mayoría de las personas en las islas británicas en realidad son descendientes de españoles», explicó el profesor Syke. El otro descubrimiento del equipo de la Universidad de Oxford es que, contrariamente a los que se creía, los celtas no son sólo ancestros de los escoceses, de los galeses e irlandeses, sino también de los ingleses. Según estas investigaciones, la gran mayoría de los británicos descienden de las seis olas de inmigración (celtas, vikingos daneses y luego noruegos, norafricanos, de Oriente Medio y romanos) que precedieron a la conquista normanda. Entre estas, la huella genética más común es la de los celtas. «Aunque los países celtas hayan sido hasta ahora considerados como genéticamente diferentes a los ingleses, esto no es completamente cierto», asegura el profesor Sykes.
The majority of Britons are descended from the Spanish.Scientists have discovered the British are descended from a tribe of Spanish fishermen. DNA analysis has found the Celts — Britain’s indigenous population — have an almost identical genetic «fingerprint» to a tribe of Iberians from the coastal regions of Spain who crossed the Bay of Biscay almost 6,000 years ago. People of Celtic ancestry were thought to have descended from tribes of central Europe. But Bryan Sykes, professor of human genetics at Oxford University, said: «About 6,000 years ago Iberians developed ocean-going boats that enabled them to push up the Channel. «Before they arrived, there were some human inhabitants of Britain, but only a few thousand. These people were later subsumed into a larger Celtic tribe… the majority of people in the British Isles are actually descended from the Spanish.» A team led by Professor Sykes — who is soon to publish the first DNA map of the BritishIsles — spent five years taking DNA samples from 10,000 volunteers in Britain and Ireland, in an effort to produce a map of our genetic roots. The most common genetic fingerprint belongs to the Celtic clan, which Professor Sykes has called «Oisin». After that, the next most widespread originally belonged to tribes of Danish and Norse Vikings. Small numbers of today’s Britons are also descended from north African, Middle Eastern and Roman clans. These DNA fingerprints have enabled Professor Sykes to create the first genetic maps of the British Isles, which are analysed in his book Blood Of The Isles, published this week. The maps show that Celts are most dominant in Ireland, Scotland and Wales. But the Celtic clan is also strongly represented elsewhere in the British Isles. «Although Celts have previously thought of themselves as being genetically different from the English, this is emphatically not the case,» said Professor Sykes. Link to site, http://www.thisislondon.co.uk/news/article-23…«[2]
… «La mayoría de los actuales habitantes del Reino Unido son herederos directos de los celtas del Noroeste español, según una investigación elaborada por el profesor de Oxford Bryan Sykes, que desmonta la teoría de que los celtas provienen de tribus de Centroeuropa.
Sykes, conocido por investigaciones anteriores como Las siete hijas de Eva , ha retratado gracias a la genética el origen de los celtas británicos, que sitúa en las costas del norte de la península Ibérica. Aunque su investigación tiene una base científica, el profesor también conoce las leyendas que vinculan Asturias con las islas británicas: «Países como Irlanda cuentan con una sólida tradición celta con vínculos a España, como la historia de Mil Espane, y que seguramente tiene sus raíces en la realidad», declaró Sykes a La Voz de Galicia. […]
[…] Las conclusiones de este estudio aparecen publicadas en el libro Blood of the isles . Sykes explicó que los celtas llegados desde las costas peninsulares provendrían del noroeste y el norte, «mucho más probable que del mediterráneo». La huella genética más común en los británicos lleva la marca de aquellos migradores; a continuación, las más extendidas son las de tribus escandinavas. Esto significa que, al contrario de lo que se pensaba, el origen de los celtas británicos no se halla en Europa central, sino en el noroeste de la península Ibérica.
Sykes aseguró que «los ingleses comparten un importante componente celta, pese a que se ha sostenido su origen sajón con raíces germánicas».
Por qué no se investigó hasta ahora? «Hemos realizado la primera prueba exhaustiva de ADN, que antes no habría sido posible por falta de medios, que nos indica que la huella genética de los celtas británicos es mucho más similar a la de los españoles de lo que pensaba«.[3]
Y como dijimos, para rematar la «faena», que para muchos lo ha sido, un último estudio más amplio también realizado por la Universidad de Oxford, ha terminado por confirmarlo y despejar los balbuceos, que ya no caben dudas, de una comunidad escéptica que no podía dar crédito:
«El ADN de Breogán
Estudios de la Universidad de Oxford ratifican que la mayoría de los británicos son descendientes de tribus de Galicia
Científicos genéticos de Oxford han ratificado con un estudio más amplio la sorprendente revelación de 2006 según la cual el ADN mayoritario de los pobladores de las Islas Británicas procede de tribus navegantes del norte y noroeste de la península Ibérica. Estos datos aportan verosimilitud científica al mito de Breogán, que sostiene que Irlanda fue colonizada por la estirpe del caudillo precéltico fundador de la legendaria Brigantia, origen mitológico de A Coruña.[…]
[…] El mito de Breogán, al que ahora el informe de Oxford aporta luz científica, fue retomado en el XIX por el bardo Pondal del Leabhar Gahbala o libro de las invasiones de Irlanda, escrito en el siglo XI y conservado en el Trinity College de Dublín.
«Pero al igual que ocurre con la Ilíada de Homero, que recoge tradiciones orales mucho más antiguas, el Leabhar Gahbala nos indicaba ya que los primitivos pobladores de Irlanda procedían del norte de la península Ibérica», sostiene el erudito coruñés Felipe Senén. «La arqueología y la cultura megalítica -los dólmenes comunes que se remontan hasta tres o cuatro mil años antes de Cristo y otros monumentos similares en las formas, la filosofía y la orientación astral: nuestros castros, que los británicos llaman hill forts- apuntan sin duda a la existencia de fluidas relaciones marítimas entre estos pueblos en la era megalítica que siguieron ahí posteriormente con los celtas y los romanos. Esto siempre se conoció, la novedad es que ahora es refrendado por la ciencia genética«.[4]
Bueno, maticemos, eso de que «siempre se conoció«, no, que aquí ya quieren empezar a subirse todos al carro a ver si en tropel no se distingue a quienes más se han estado desternillando, se conocíanmuchos datos en un campo muy especializado y erudito, pese a conocerlo se negaba o hacían oídos sordos en el ámbito internacional y pedagógico y se ridiculizaba en muchos contextos paganos casi hasta ayer mismo. Y de hecho hoy sigue negándose incluso con vehemencia en multitud de foros.
No hará mucho se me expulsó de un grupo de Facebook sobre Cultura Celta, precisamente por cuestionar un mapa de pueblos históricos célitcos que no contemplaba como celtas a los pueblos de la Península Ibérica. Es ya sintomático que en foros donde presumen de libertad y libre expresión censuren a quienes refuten sus ideas (Wikipedia) ¡sobre todo si lo que dices es cierto!
Y pese a ello, pese a ellos, la Cultura Celta nace en la Península Ibérica, los pueblos celtas ibéricos viajan hacia las Islas (Irlanda, Escocia, Gales y Britania), se expanden por el resto de Europa y llevan consigo su cultura, su lengua y su religión.
Esto último, precisamente, conecta con la que quizá sea, por no demostrado y controvertida, al menos lo es a día de hoy, la más cuestionable de aquellas afirmaciones: que en la Península Ibérica existieron druidas, la casta sacerdotal por antonomasia entre los celtas.
Y no nos hemos ido a lo fácil, a las migraciones de tribus celtas galas y belgas, por ejemplo, que ya sabemos que se asentaron en la Península Ibérica en los tiempos que se da por supuesto que existía el Druidismo, que eso es «regalarlo».
Hoy, sin embargo, con la prudencia que exige la falta aún de datos concluyentes y a tenor de los indicios, hemos reformulado esta afirmación no porque no pensemos en su consistencia, sino porque mientras no pueda demostrarse de forma concluyente, como ya ocurre con toda certeza en los casos anteriores, nuestra situación ya pública y por lo tanto con obligaciones diferentes, exige ser responsables de la trascendencia e implicación de nuestras afirmaciones.
Por este motivo y sin cambiar el discurso, que seguimos pensando lo mismo, lo que hemos hecho ha sido afinar nuestra afirmación.
Es por eso que manifestamos no tener ninguna duda de un sacerdocio celta en la Península Ibérica, que además tuvo que estar organizado y disponer de un reconocimiento inter-tribal, y que finalmente por ser cuna del celtismo debe considerarse cuanto menos proto-druídico.
De hecho, como wiccanos celtíberos, reconstruccionistas y convencidos de que la Brujería Tradicional supuso la última manifestación en la Península Ibérica de este sacerdocio, estamos muy seguros que el tiempo acabará dándonos igualmente la razón.
Por otra parte, sabiendo del oportunismo de quienes no tienen el menor reparo en mezclar sin respeto ni conocimientos todo aquello que les pueda dar posición y/o dinero, estamos obligados a proteger nuestras prácticas y estudios del furtivismo/intrusismo religioso, una lacra que no atiende a más razones que la de su lucro personal.
Y sí, si alguno entiende que con esto estemos diciendo que poseemos más información de la que publicamos, que no le quepa la menor duda que está en lo cierto. Pero por el momento la única obligación que tenemos, es la de cotejar y contrastar nuestra información y estudios con los que sí sabemos que son Cultos Druídicos y con otros hermanos celtibéricos a los que cuanto menos les debemos fraternidad, explicaciones y respeto.
Finalmente, contamos con la arqueología, la historia, la mitología, la tradición y por fin la ciencia en sí misma para afirmar, como lo venimos haciendo décadas atrás, que nuestra historia tiene un registro, nuestros estudios un fundamento y nuestro Culto merece por derecho propio la consideración de Wicca Tradicional, que nuestro pasado reciente es paralelo y en el peor de los casos no difiere de otros que medraron al amparo de la Cultura Celta y se les reconoce hoy como tales y que con todos nuestros errores y con los que nos quedan por cometer, la trayectoria de la Wicca Celtíbera viene marcada por sus fueros, por sus hechos y por su derecho como parte inherente e incuestionable de la historia contemporánea de la Brujería Tradicional en la Península Ibérica.
©Fernando González-Wicca Celtíbera
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1.- http://www.independent.co.uk/news/uk/this-britain/celts-descended-from-spanish-fishermen-study-finds-416727.html
2.- http://www.topix.com/forum/world/falkland-islands/TIABS2E674PIU9MBP
Qué difícil es sacar a la luz la verdad. Hace falta mucho tesón, constancia y amor por lo que se hace para que con el tiempo el conocimiento se abra paso y acabe con la ignorancia. Las investigaciones multidisciplinares aportan los datos científicos que corroboran la verdad. Gracias a D.
Fernando González por sus investigaciones y publicaciones que tanto han ayudado y ayudan a la Wicca.
Como sempre a altura de clarificar muito bem sobre o tema, magnifico documento.
Muchas gracias por el artículo, como siempre esclarecedor y brillante, orgullosa de pertenecer a esta tradición
Muy interesante e instructivo, la verdad. Como siempre ha pasado en este país, no damos ningún valor a nuestro pasado, y suele ocurrir que vengan de fuera para poner en valor lo que aquí se ignora.
Esto de la pugna por quién «puede» o «no puede» usar la palabra Wicca, me recuerda a esa discusión estéril que se planteó cuando se llamó «matrimonio» a la unión civil de dos personas del mismo sexo, en donde hubo gente que se mesó las barbas y rasgó sus vestiduras, porque e matrimonio era cosa de hombre y mujer. El tiempo, al final, ha terminado dando la razón a aquellos que pensábamos que un club privado no puede arrogarse la propiedad sobre una palabra que es de uso y disfrute común para todos. Pues con esto pasa un poco lo mismo. Una palabra que tiene un origen indoeuropeo de fácil rastreo entre las diferentes lenguas y culturas no tiene por qué ser «propiedad» de aquella organización que pensara en ella para definirse y diferenciarse…
De todas maneras, ya sabemos que los ingleses y los estadounidenses de origen anglosajón, especialmente, son gente con una especial predisposición al chauvinismo, y eso de que su cultura, que es algo que han exportado por todo el mundo con mucho éxito, en realidad tenga origen en Iberia, en lugar de las Islas Británicas, entiendo que pique un poco… Es como si se descubriera que el origen del latín no está en Italia, sino en Turquía. No sé si me explico…
Como siempre Maestro, un documento y aclaraciones contundentes!! ser Celtibero y de nuestra Tradición no es nada caido de la nada, es Ser, Sentir, Pisar nuestra tierra y decir soy lo que he sido siempre y lo que mis Ancestros me han legado!! yo tambien estoy orgullosa de ser Celtíbera!!
Gracias por tenerte en mi camino, por ser mi Maestro y mi hermano. ¡ Maravilloso como siempre el artículo. Como dicen mis hermanas estoy orgullosa de ser Celtíbera.
Orgullo de ser Celtibera, pasión por mis Dioses, respeto por mis templos y mil gracias a nuestro Maestro por todo lo que nos enseña.